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Tecido Social Correio Eletrnico da Rede Estadual de Direitos Humanos - RN N. 091 – 30/09/04 6h2c59

Con buena letra: una red de voluntarios alfabetiza Argentina

Por Mara Luisa Barbosa y Alejandra Taboada

Abandonados por un Estado que ha renunciado a su obligacin de educar, casi un milln de analfabetos puros se resigna a su suerte en Argentina. Sin embargo, desde hace un ao, los voluntarios de Un mundo mejor es posible ensean a leer y escribir con el mtodo cubano Yo s puedo, y han empezado a cambiarle la vida a centenares de personas. Para que se sostenga y se haga masivo, dicen los alfabetizadores, el gobierno debera asumir el plan y empearse para cumplirlo.

"No sabs la vergenza que sents preguntando quin me lee esto dice Silvia Garca. Cuando iba a buscar trabajo y me preguntaban si saba leer, a m no me quedaba otra que agachar la cabeza y decir que no". Silvia tiene 32 aos y vive en Tilcara, provincia de Jujuy, en el noroeste argentino, con su hijo Guillermo, de nueve, que va a cuarto grado. Hasta hace cuatro meses ella no poda firmar las notas del cuaderno de comunicacin de Guillermo, ni saber si tena tarea o si la maestra le haba llamado la atencin. "Yo le preguntaba si tena deberes y l me aseguraba que no. Yo vea que en esa hoja deca algo y que el resto estaba en blanco, pero no poda saber qu era lo que deca", explica.

Las cifras que arroja el Censo 2001 informan que en Argentina hay casi un milln de analfabetos puros, es decir personas que no pueden ni leer ni escribir. En el Gran Buenos Aires se concentra casi la tercera parte del total de analfabetos del pas, pero el noreste presenta la mayor proporcin respecto de la poblacin de la regin, el 6.96%. Le sigue el noroeste, con el 4.75%, la Patagonia y Cuyo, con el 3.5%, y la regin Centro con un escaso 2%.

El cuadro se oscurece todava ms si se tiene en cuenta que alrededor de cuatro millones de personas dejaron incompletos los estudios primarios y que de esa cifra, 400 mil tienen entre 15 y 24 aos.

Silvia Garca encontr su oportunidad cuando la asociacin Un mundo mejor es posible (Ummep) apareci en las provincias del norte y puso en marcha un plan de alfabetizacin basado en el mtodo cubano Yo s puedo, que ya ha arrancado del analfabetismo a 1.300.000 personas en Venezuela.

"La enseanza es muy eficaz, ya que en tres meses y medio se aprende a leer y a escribir palabras y nmeros. El trabajo se hace por medio de videos que son explicados por un facilitador, cuya funcin es la de guiar al participante" explica el maestro Sandro Quispe, quien pronto aplicar el plan en uno de los barrios perifricos de La Quiaca, tambin en Jujuy.

Adems, resalta la importancia de la alfabetizacin: "Es bueno que la gente sepa leer, ya que as puede luchar mejor por sus derechos y por su propia identidad".

Silvia Garca haba perdido las esperanzas de progresar y mejorar su calidad de vida. "Para m decir mam era fcil, pero escribirlo era imposible" grafica. "Ahora me mandan con una notita al mercado y yo ya s qu dice, qu tengo que comprar. Me siento ms tranquila sabiendo que puedo leer, que puedo escribir un poquito, que estoy a la par de los dems".

Claudia Camba, de Ummep, se entusiasma al describir las transformaciones que produce la alfabetizacin en una persona. "Cuando recin empiezan los cursos, estn callados, no te miran a los ojos, les da vergenza responder. El da en que se les entrega el diploma te das cuenta de que sus vidas han cambiado para siempre, que las letras, los nmeros y las palabras les han abierto las puertas a otro mundo".

"Cuando me decan que deba firmar - refiere Silvia ‑, yo no saba si salir corriendo o quedarme. Pero bueno, con vergenza asentaba el dedo. Y cuando todo terminaba pensaba: por fin pas. Antes me senta mal. Siempre vea que todo el mundo avanzaba y yo me senta congelada. Como que no haba una posibilidad para m de llegar a estar con ellos. Hoy s y me gustara que el mundo entero se enterara de que hay una escuela, hay una oportunidad. No importa la edad que tenga uno, siempre puede aprender. Es lindo. Para m es lo ms hermoso del mundo".

Ummep trabaja en relacin directa con el Ministerio de Educacin cubano y con el Instituto Pedaggico Latinoamericano y Caribeo (Iplac) de Cuba. Est integrada por una red de ms de 60 organizaciones sociales, municipios, ONG's,

'docentes, sindicatos y parroquias, entre otros, que voluntaria y solidariamente estn trabajando en 400 centros de alfabetizacin en la ciudad de Buenos Aires y en once provincias argentinas, con ms de tres mil participantes en el proceso de aprendizaje y mil egresados en alrededor de un ao.

Las provincias donde comenzaron a alfabetizar son Buenos Aires, Jujuy, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Ro Negro, Neuqun, Crdoba, Mendoza, Salta y Tucumn. Para que esta red mantenga los niveles y la calidad educativa que se busca, existe una coordinadora nacional formada por seis integrantes que realizan la labor de capacitar, colaborar en la implementacin y monitorear el seguimiento del proceso de aprendizaje, con el asesoramiento solidario de los pedagogos del Iplac.

Ser analfabeto no slo perjudica a los adultos, sino que tambin afecta a sus hijos tanto por la imposibilidad de ayudarlos en tareas escolares como por la poca importancia que se le da al proceso educativo. Estos chicos son potenciales analfabetos.

Con el plan Yo s puedo, enfatizan los voluntarios, se propicia un vnculo de contencin familiar, se estimula la reinsercin en el sistema educativo, se impulsa la incorporacin de toda la poblacin en la vida pblica, se eleva la autoestima y el nivel cultural tanto del alfabetizado como de su entorno familiar y se refuerza la retencin escolar de los nios.

En Argentina, segn la gente de Ummep, resulta imprescindible que el plan se nacionalice y tome carcter gubernamental. En otras palabras, si el Ministerio de Educacin argentino no hace del Yo s puedo, el Plan Nacional de Alfabetizacin, entonces no se podr hacer mucho ms de lo que se hizo durante este ltimo ao, y por varias razones. Una de ellas, y quizs la fundamental, es la econmica, ya que hasta ahora el material didctico necesario para el desarrollo de la enseanza ‑ videos, televisores y cuadernillos - ha sido provisto con gran esfuerzo por el Iplac, lo que probablemente no pueda seguir sucediendo durante mucho tiempo ms.

"Algunos me humillan porque no estudi. Me dicen que me calle, que no puedo opinar porque soy una burra cuenta Soledad Quispe, que tiene trece aos, vive en La Quiaca, y apenas puede escribir su nombre. "Mi mam no tena plata para mandarme a la escuela as que me dijo que dejara agrega como si tuviera que justificarse. "Uno, para salir adelante, para conseguir trabajo, tiene que saber leer y escribir dice la chica, que en unos das ms va a empezar el curso de alfabetizacin.

Pepitas de oro

Juliana Sarapura tiene 62 aos. Mis abuelitos evoca nos decan a mi hermana y a m que la mujer no tena que ir a la escuela. Que tenamos que hilar, tejer y cuidar a las ovejas. Ella, de todos modos, curs el primer grado de la escuela primaria, porque un vecino le dijo a su abuela que las mujeres s tenan que ir a la escuela, y que deban aprender a leer.

Pero la educacin dur poco, y Sarapura volvi a trabajar al campo. Cuando se enter de que en la organizacin no gubernamental (ONG) de las Warmis, que significa mujeres en quechua, estaban enseando a leer y escribir, no dud en anotarse.

Al principio me costaba, as que crea que no iba a aprender porque ya estaba vieja, pero pude se ufana.

En una casita de adobe vive Damiana Valle. Tiene 12 hijos que ya son grandes y 58 aos castigados por el fro y el calor de La Quiaca. Cocina empanadas en la organizacin de mujeres Juanita Moro, y dice que no estudi porque cuando era chica viva lejos, en el campo, y sus padres no tenan recursos. A mediados de mayo, uno de sus hijos le entreg el diploma otorgado por Ummep.

Cuando no saba leer ni escribir me senta incmoda se sincera - . Me quedaba en mi casa cocinando, porque no quera salir. No entenda nada. Me daban un folleto y no saba de qu se trataba. Adems, reclama a los funcionarios que solamente aparecen para buscar votos, que se acuerden de la gente de La Quiaca. Igual que ella, muchos analfabetos son llevados como ganado los das de elecciones. Para votar me ponan la boleta en la mano y me decan que entrara al cuarto oscuro, sentenci.

Ahora que es una letrada, como le gusta definir a los que saben, Damiana asegura: cuando me toque votar, voy a leer bien a quin voy a elegir. Porque ac los polticos mandan representantes a buscar votos y despus se olvidan de nosotros.

Juan Luis Garro, de 68 aos, uno de los primeros graduados, explica, en una carta dirigida a su maestra, lo que signific para l aprender: Ahora s me parezco a un minero. Cada palabra, cada letra, son para m una pepita de oro.

Fuente: Revista AMRICA XXI, Ao II-N 6, Septiembre de 2004.

Enviado por: Rompiendo Muros

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