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Propuesta de Plan Operativo de Derechos Humanos del Ecuador

Derecho al Trabajo
Eduardo Alcvar, Oscar Andrade, Wilson Becerra, Diego Betancourt, Sal Caar, Fausto Dutn, Mario Morales, Adolfo Nieto, Emma Ortega, Edison Paredes, Isabel Robalino, Marcelo Romn, Marietta Toscano; y, cont con el apoyo de Alfredo Borja, Vctor Elizalde, Carlos Espinosa, Gladys Illescas, Luis Melo, Jos Morn, David Tenesaca, Angel Vacacela, Joaqun Viteri.
AAJ / UNESCO / ILDIS

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Derechos humanos y derechos de los trabajadores

La aparente disyuntiva se muestra, desde su enunciado, como una paradoja, ya que al hablar de derechos humanos estamos hablando de todos los que pertenecen a la persona humana, de la que ella es titular, sean los derechos individuales, de largusima tradicin en las constituciones democrticas, sean los derechos sociales, que se incorporaron por primera vez en la Constitucin de Mxico de 1917, y entre nosotros a partir de la de 1929. La persona es ser social, y por tanto titular tambin de estos ltimos.

Sin embargo, lo que se ve como una evidencia en los medios de los trabajadores, en los medios sindicales, no lo es para muchos activistas en "derechos humanos", que establecen la falsa diferencia.

De ah que tengamos que saludar especialmente la iniciativa del Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales, ILDIS, en sus veinticinco aos de presencia en el Ecuador, de reunir en un taller, que result de verdadero inters, a dirigentes sindicales, de las diversas c-entrales que integran el Frente Unitario de Trabajadores, FUT, con asesores y profesionales de diversas ramas de orden cientfico social, para tratar de la defensa de los derechos humanos, laborales y sindicales, y que se desarroll el 20 de octubre de 1999.

La constatacin de la crisis que vivimos, subyace y en veces se explcita en las intervenciones: "crisis de orden poltico, econmico, cultural y tico, que rebasa los lmites de la nacin". Crisis que afecta tambin al sindicalismo, vctima de una campaa de desprestigio por parte de quienes quieren disminuir su presencia y su capacidad de dilogo en la nacin.

El derecho al trabajo se ve afectado por la crisis econmica, por la ausencia de polticas de empleo acertadas para nuestra realidad. Los trabajadores se ven cada vez ms empujados a lo que se denomina "trabajo precario", trabajo sin proteccin legal o contractual; entran a laborar en el sector terciario, especialmente en el pequeo comercio, en el sector que se ha dado en llamar "informal", y la respuesta es propugnar la miniempresa autnoma - preferiramos hablar de "empresa comunitaria" que puede responder a un tamao adecuado, en la competencia desenfrenada que es la realidad de la globalizacin a la que nos empuja el sistema neoliberal.

Frente a esto se plantea una poltica de salarios conveniente, capacitacin de los trabajadores, "que no responda solamente a los reque-rimientos laborales, sino que forme para la vida".

A lo largo del seminario-taller, se vieron dos preocupaciones bsicas: la participacin efectiva del sindicalismo en los procesos de dilogo y concertacin -claramente distinguidos-, participacin efectiva que requiere el fortalecimiento del movimiento, preocupacin implcita en las intervenciones, pero que tambin se mostr an poco madura.

El dilogo y la concertacin fueron claramente distinguidos: el dilogo como un "intercambio de comunicacin entre actores sociales y actores polticos, que no necesariamente requieren llegar a un acuerdo social", y la concertacin como mtodo para alcanzar acuerdos y compromisos.

La participacin en estos dos procesos, nuevas formas de lucha sindical, requiere afianzar la actual visin del movimiento de los trabajadores. Partimos en el siglo XIX de un movimiento "obrero", una respuesta a la revolucin industrial que explot inmisericordemente la mano de obra, para llegar hoy a un movimiento que ana a todos los "trabajadores", sean estos obreros o empleados -ya ha desaparecido prcticamente la distincin en el Cdigo del Trabajo- sean trabajadores de la ciudad o del campo; pequeos comerciantes o artesanos, pobladores de las ciudades; profesionales o servidores pblicos -trabajadores del Estado-. A ellos ha contribuido el pensamiento de las grandes Centrales Internacionales de Trabajadores.

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El movimiento de los trabajadores, ha dejado de ser un movimiento meramente reivindicacionista, para pasar a ser un movimiento que, con visin poltica global, interviene en la orientacin de los grandes problemas de la economa, del ordenamiento de la sociedad hacia el bien comn, que asume y debe asumir, en frase de Juan Pablo II, la lucha por la justicia.

Para ello no podemos permitir que se mantenga un sindicalismo dividido, en el que las organizaciones independientes superan en nmero de afiliados a los de las centrales sindicales en su conjunto, de las que no todas se encuentran vinculadas en el FUT. Hay que caminar hacia la unidad. Una unidad que nazca del querer de los trabajadores y no sea impuesta, ni sea fruto de confrontaciones de poder. Una unidad que respete la adhesin doctrinal de los trabajadores y sus diversas agrupaciones.

Esta debilidad da lugar a que se promuevan, por parte del poder poltico, dilogos parciales, con uno u otro grupo, quiz con aquellos que se consideran susceptibles de ms fcil manipulacin.

Temas ligados con toda esta problemtica son los de la educacin y comunicacin. La educacin de la clase trabajadora que se plante tomando en cuenta tres ejes fundamentales: formacin poltico sindical, educacin formal y formacin profesional-; ejes que deben estar interrelacionados entre s.

El papel de la comunicacin en todos estos aspectos es por cierto fundamental y no requiere comentario adicional.

En pocas de crisis, alta desocupacin, cierre de empresas, despidos masivos en el sector privado y en el pblico, creciente y acelerada pauperizacin, se plantea el tema de reformas al Cdigo del Trabajo y de creacin de un Cdigo de Procedimiento Laboral. Es un desafo en momentos en que no slo se habla de flexibilizacin laboral, se multiplica el trabajo precario, sino que se buscan los medios para excluir de la proteccin del derecho a grandes sectores de trabajadores. Tendremos acaso que buscar una nueva formulacin de esta rama del Derecho Pblico, nacida del esfuerzo y de la lucha obrera?
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Plan Operativo de Accin 1999 - 2003

Objetivos

Resultados

Acciones

Promover y garantizar la participacin equitativa de los trabajadores en la definicin y puesta en prctica de polticas en materia laboral.

Polticas en materia laboral definida y aplicadas en los distintos sectores involucrados.

1.1 Elaborar e implementar polticas de Estado en materia laboral con la participacin de los sectores involucrados.

Mejorar el bienestar de los trabajadores.

Una relacin laboral ms justa, equitativa, democrtica y participativa basada en el cumplimiento de los derechos y deberes de las partes en la relacin laboral.

2.1 Crear espacios permanentes de concertacin y dilogo entre trabajadores, empresarios y gobierno.

Garantizar el pleno ejercicio de los derechos laborales.

Mayor proteccin del sector laboral.

3.1 Creacin de la Defensora Adjunta de los Derechos Laborales.

Promover los derechos y el ejercicio de los trabajadores en todos sus espacios cotidianos.

Pleno ejercicio de los derechos humanos, laborales y sindicales.

4.1 Comunicacin y difusin de leyes, convenios y derechos sindicales.

Establecer programas de educacin de los traba-jadores.

Mejor preparacin y participacin de los trabajadores en proyectos de educacin.

5.1 Educacin de los trabajadores.



Operativizacin de las acciones

1.1 Elaborar e implementar polticas de Estado en materia laboral con la participacin de los sectores involucrados

Introduccin

Los derechos humanos van alcanzando una dimensi-n cada vez ms integral que apunta a abrir caminos que hagan posible nuestra transicin por mejores sendas hacia la vida, la igualdad y la dignidad del ser humano, vertientes indispensables para fortalecer la democracia y la equidad, objetivos tan urgentes para la humanidad de este fin de siglo.

Los desafos del nuevo milenio son asumidos por nosotros los trabajadores y trabajadoras con renovada esperanza y compromiso porque la historia nos da esta nueva oportunidad para escribir las pginas que hacen falta para hacer realidad ese nuevo Ecuador, equitativo, justo y soberano que todos y todas anhelamos.

En esta perspectiva, nos alienta los enunciados alcanzados en la Constitucin Poltica, misma que en la parte pertinente a los principios de la economa, en su Artculo 242 reza que "la organizacin y el funcionamiento de la economa respondern a los principios de eficiencia, solidaridad, sustentabilidad y calidad, a fin de asegurar a los habitantes una existencia digna e iguales derechos y oportunidades para acceder al trabajo, a los bienes y servicios y a la propiedad de los medios de produccin".

As mismo, el Artculo 35 prescribe: "El trabajo es un derecho y un deber social. Gozar de la proteccin del Estado, el que asegurar al trabajador el respeto a su dignidad, una existencia decorosa y una remuneracin justa que cubra sus necesidades y las de su familia".

En nuestra voluntad y compromiso colectivo radica la posibilidad de hacer realidad estos fundamentales enunciados y como tal asumimos la parte del reto que nos corresponde para convertir a la economa en la fundamental estrategia del desarrollo humano que recupere nuestra dignidad como pueblo y como nacin en el nuevo milenio.

Slo en este marco ser posible una poltica de Estado en materia laboral en cuya formulacin y ejecucin debemos estar involucrados todos y todas, con verdadera vocacin democrtica a fin de recoger los intereses de los ecuatorianos/as en funcin de incrementar la capacidad productiva del pas y elevar la capacidad adquisitiva de la poblacin, mejorando su calidad de vida, creando un desarrollo econmico basado en el reparto justo de la riqueza.

Cuatro son los ejes que merecen ser enfrentados con prioridad y urgencia para construir una nueva y alternativa poltica laboral: empleo, salario, capacitacin y relaciones laborales.

Poltica de empleo

La sistemtica aplicacin de modelos econmicos regidos por los intereses del gran capital internacional, son la causa gravitante para que nuestro pas sea deficitario en polticas de empleo que optimicen la mano de obra y promuevan sostenidos procesos de produccin rur-al y urbana. El modelo de sustitucin de importaciones, basado en el fortalecimiento del desarrollo industrial sobre el supuesto terico de que ste solucionara el problema del empleo, no logr crear mecanismos endgenos de desarrollo, y por el contrario, robusteci nuestros niveles de dependencia.

Igualmente el modelo neoliberal sustentado, en gran medida, en el capital especulativo, en su bsqueda desmedida de rentabilidad rpida y fcil, en lugar de invertir para modernizar y dinamizar el sistema productivo, ha preferido la acumulacin de sus cuentas en bancos nacionales e internacionales, comportamiento que ha puesto en evidencia su incapacidad y poco compromiso por incrementar la produccin y lograr siquiera cubrir los requerimientos en los niveles que la competencia y la globalizacin econmica exigen y ha mostrado, por ende, su negligencia para generar empleo y bienestar, actitud que ha agravado los problemas de desocupacin y subempleo a niveles alarmantes.

Las reformas del Estado con claro sesgo privatizador de las empresas pblicas rentables, acompaado de polticas dirigidas a reducir el amparo estatal y al insensato afn de pagar la deuda externa, todo esto en medio de una cada vez ms evidente corrupcin tanto pblica como privada, han generado desocupacin, precariedad en el empleo, inseguridad laboral, disminucin de los beneficios sindicales por una sistemtica desinversin en lo social y humano que paulatinamente afecta a la produccin, panorama cuyos resultados alimentan la marginalidad y la incredulidad ciudadana, deslegitimando y debilitando cada vez ms la participacin democ-rtica, la gobernabilidad y la paz social.

Estos procesos, acompaados de la denominada "flexibilizacin laboral", han servido de marco para la aplicacin de peligrosos modelos de contratacin de personal, los cuales como las "empresas intermediarias" y las "empresas subsidiarias", conformadas mediante una manipulada e interesada interpretacin del Artculo 41 del Cdigo del Trabajo, han provocado, en la mayora de sectores de la produccin, conculcar el derecho a la estabilidad, impedir la constitucin de nuevas organizaciones sindicales, violndose de esta forma convenios internacionales que garantizan y amparan fundamentales derechos del trabajo como la estabilidad, la libertad sindical y toda proteccin al derecho de sindicalizacin, como el Convenio 87, ratificado por el Ecuador el 29 de mayo de 1967 y, el Convenio 98 sobre el Derecho de Sindicalizacin y de Negociacin Colectiva, ratificado por nuestro pas el 28 de mayo de 1959.

El despido masivo de trabajadores y trabajadoras del sector pblico, bajo la argumentacin de "achicar el aparato estatal" ya sea por la va de la venta de renuncias, supresin de partidas o fusin de ministerios, produce fuga de cuadros tcnicos que han sido formados y en muchos casos especializados con recursos del pueblo, quienes al ser liquidados sin mediar una mnima evaluacin de su desempeo, son desaprovechados en su capacidad profesional y en su experiencia y pasan a incrementar los niveles de desocupacin y angustia de miles de padres y madres de familia que se quedan sin un ingreso mensual para solventar sus necesidade-s ya que, si bien reciben una indemnizacin o liquidacin, sta al no habrseles capacitado y/o canalizado adecuadamente para su aprovechamiento financiero y por el impacto de la inflacin, pasa a convertirse en "dinero de bolsillo" que termina sin impactar en su bienestar actual peor ser garanta para su futuro.

No podemos guardar silencio frente a la desproteccin y atropellos que sufren los trabajadores/as de las empresas bajo el rgimen de la "maquila" y de una serie de empresas como las de Guardiana o de Seguridad, plantaciones avcolas, de flores o de frutas en las cuales se descuida la afiliacin al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, y no se les extiende los ms requeridos servicios que garanticen un medio ambiente laboral sano que preserve su salud con medidas adecuadas de proteccin encaminadas a salvaguardar su bienestar laboral y familiar a travs del cabal cumplimiento de las leyes y normas laborales.

La marginalidad que sufre la mujer por su edad y maternidad, sobre todo en empresas bancarias o en aquellas donde todava se prioriza que la mujer cumpla un papel decorativo o de atraccin a los clientes, atenta con su derecho al trabajo en igualdad de oportunidades.

De esta manera, la agudizacin del desempleo y su concomitante impacto en la pobreza, no solo atenta a los derechos ms fundamentales de quienes viven esta dura realidad, sino que promueve desajustes en las relacio-nes laborales provocando que quienes no acceden al mercado laboral, en su legtimo afn de supervivencia estn dispuestos a vender su fuerza de trabajo por una remuneracin muy baja, atentando contra quienes tienen un trabajo o empleo "estable" creando as una competencia que abarata la mano de obra y devala an ms el trabajo calificado o no calificado, realidad que afecta significativamente sobretodo a la mano de obra femenina.

Para dar pasos que trastoquen esta situacin, es imprescindible una cultura de consensos que busque repensar y poner en marcha una economa sensible a nuestra realidad e identidad particular. En esta direccin se debe utilizar el ahorro interno para proyectar el crecimiento econmico integral en procura de satisfacer, en primer lugar, la demanda interna y luego buscar estrategias que nos inserten con condiciones de equidad en el mercado internacional con resultados favorables para la economa nacional. La integracin Regional Andina, a la par de logros econmicos para el mercado, debe concebir y apuntalar una dimensin social que la garantice y fortalezca.

Una nueva estrategia de desarrollo y crecimiento supone superar el divorcio de lo econmico con lo social. Es hora de que el Estado abandone el modelo que concentra y monopoliza la riqueza en pocas manos cuando ella nos pertenece a todos y todas. La modernizacin del Estado debe basarse en la aplicacin de procesos de modernizacin que impulsen el crecimiento de la empresa tanto pblica como privada, ampliando y promoviendo la eficiencia de los servicios y el mercado, potencializando su fuerza laboral y sus r-ecursos naturales con verdadero sentido y responsabilidad social y estimulando a las empresas que ms generan empleo. En este propsito la ciencia y tecnologa deben ser abordadas y aprovechadas para vincularlas a la necesidad de empleo que asegure crecimiento productivo y social.

El desempleo, el subempleo, la poca capacidad adquisitiva de los salarios, la gran discriminacin social de las mayoras y los privilegios de minsculos grupos de poder econmico, son realidades que deben ser enfrentadas desde una poltica y una actitud que favorezca a la produccin y subordine a la especulacin, objetivos para los cuales el trabajo y el capital deben verse como socios y juntos arrimar el hombro en procura del crecimiento econmico no concentrador de riqueza sino repartidor equitativo de ella en aras de un Ecuador ms justo, democrtico y solidario.

Para ello se requiere inversin para la produccin y el crecimiento humano. Los mecanismos fomentadores de empleo deben considerar polticas fiscales, crediticias y presupuestarias de apoyo prioritario a los sectores, reas y actividades econmicas de alta generacin de empleo, dando atencin prioritaria a la produccin agropecuaria, a la agroindustria que nos devuelva la imagen rural de nuestro Ecuador profundo y atienda las demandas internas y externas. Promover el turismo y la construccin pblica, diversificar las formas de produccin y servicios vinculados a la pequea y a la microempresa artesanal as como a solidarias iniciativas de economa popular que requieren de apoyos e incentivos solidarios para asistencia tcnica, crditos y capacitacin que -genere empleo y productividad, son tambin alternativas dignas de ser atendidas.

La implementacin de un nuevo modelo econmico es una urgente prioridad nacional que requiere consensos y voluntades polticas. Pero este nuevo modelo, a la par de apostar por la eficiencia productiva, tiene que comprometerse por el desarrollo social y humano capaz de generar tambin nuevas formas de produccin que dinamicen y modernicen tambin sus relaciones en un marco de respeto, de solidaridad y de equidad.

El empleo tiene que alcanzar la dimensin de poltica de Estado para hacer efectivo la consideracin constitucional de que el trabajo es un derecho y un deber social. Crear fuentes de trabajo debe ser la expresin ms alta de la responsabilidad social tanto pblica como privada.

En esta direccin, una iniciativa que aportara significativamente, es la conformacin del Consejo Nacional de Empleo, que deber estar constituido por representantes de los trabajadores/as, del Gobierno y de los empleadores, organismos tripartito que asumira la responsabilidad de planificar, ejecutar, controlar y evaluar las polticas de empleo.

Poltica de salarios

La aplicacin de modelos de desarrollo de orientacin neolib-eral, encaminados a la concentracin y centralizacin del capital ha exigido la implementacin sistemtica de polticas y medidas de ajuste que han ocasionado un permanente deterioro de los ingresos a travs de mltiples vas: reduccin y represamiento de los salarios reales, disminucin de los gastos sociales, eliminacin de los subsidios a los productos bsicos, eliminacin de los controles de precios de los bienes bsicos de la canasta familiar, etctera, aspectos que sumados a la baja capacidad productiva de la industria ecuatoriana que no ha logrado a mercados ms grandes, no ha crecido y por tanto, no genera empleo ni tampoco ofrece mejores remuneraciones a sus trabajadores/as, son los responsables de la cada del salario a niveles nunca antes vistos, llegando a ser uno de los ms bajos del Continente.

El esfuerzo efectuado en torno a las Comisiones Sectoriales Salariales y las Mesas de Dialogo promovidas por el Estado, si bien han permitido la participacin de empleadores y trabajadores, han estado sesgadas por una concepcin equvoca por parte de los sectores del poder que entienden al salario como una poltica que slo benefician a un sector y, en este sentido, han dirigido sus propuestas a cubrir demandas coyunturales a travs de ajustes anuales con porcentajes que ni siquiera cubren el ndice inflacionario, por ende incapaces de recuperar, por este medio, su poder adquisitivo. As mismo la poltica de techos fijados unilateralmente desacredita la seriedad de las negociaciones y no ha permitido reactivar a la economa por la va de la redistribucin salarial.

En este campo, las refor-mas a la Ley de Finanzas Pblicas dio paso al Consejo Nacional de Remuneraciones, organismo encargado de fijar los sueldos y salarios de los empleados y trabajadores de este sector dificultando con su actuacin la intencin de caminar hacia la unificacin salarial.

Ante estas incoherencias, se impone un cambio de actitudes que configuren una voluntad poltica de trabajar en armona para juntos/as encontrar las estrategias alternativas para implementar una poltica salarial que responda a las necesidades nacionales y responda a las expectativas y justas aspiraciones de los trabajadores/as.

Hacia esta meta creemos, que una verdadera y seria Poltica Salarial exige encarar estrategias de desarrollo dirigidas a dinamizar el aparato productivo nacional y redistribuir, por este medio, la riqueza nacional para que sea el salario el recurso que permita, como reza la Constitucin, una remuneracin justa que cubra las necesidades del trabajador y su familia y le asegure una existencia decorosa.

Para ello el Estado y la empresa privada deben incentivar la inversin, diversificar la produccin, buscar nuevos mercados utilizando todos los recursos existentes y/o direccionando hacia este fin las representaciones consulares de nuestro pas en el mundo por medio de polticas y estrategias de propagandizacin y promocin de nuestros productos y servicios para ampliar la capacidad de oferta nacional.

Desde los trabajadores/as demandamos la necesidad de impulsar Comisiones Sectoriales Representativas, tripartitas e igualitarias que, sobre la base de estudios econmicos reales, se encarguen de implementar una Estructura Salarial moderna que exprese una necesaria reconceptualizacin de lo que significa una sostenida poltica salarial, la cual no puede estar alejada de los problemas econmicos nacionales hoy ms que nunca agravados por la grave recesin econmica que se expresa en la ausencia de inversin para el empleo, creciente niveles de inflacin, incremento sistemticos del costo de la canasta familiar bsica, la reduccin presupuestaria nacional por el pago de la deuda externa, etctera. Con este enfoque la Poltica Salarial se convertir en un verdadero elemento dinamizador de la economa global capaz de recuperar la capacidad adquisitiva de los salarios como la mejor alternativa para elevar la calidad de vida de nuestro sector.

Apostamos por una Poltica Salarial que respete los acuerdos entre trabajadores y empleadores en materia de unificacin salarial, que no perjudique ni merme las conquistas logradas en las contrataciones colectivas de trabajo, que incorpore los acuerdos tomados en las Mesas de Concertacin y considere los desacuerdos como parte de la prctica democrtica. Esto supone que, respetando la autonoma de las organizaciones laborales y sindicales, se alimente la cultura del dialogo y la concertacin que nos haga crecer colectivamente sobre la base de los consensos y en el debate de los desacuerdos en condiciones y con reglas de juego transparentes que permitan que todos los involucrados tomen resoluciones concretas.

En este marco creemos que se debe avanzar en un dialogo responsable que haga posible concretar el proyecto de "unificacin salarial" que rompa con los privilegios e inequidades en el plano de los ingresos y as hacer realidad el principio de justicia que determina que "a igual trabajo, igual remuneracin", principio sobre el cual se sustenta tambin el derecho de igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.

En el plano institucional, el Consejo Nacional de Salarios, CONADES, debe ser reestructurado a fin de configurar una representacin tripartita e igualitaria y sea capaz de incorporar en su accionar mecanismos de participacin democrtica que lo convierta en un puente de negociacin de las partes y en un verdadero espacio de intermediacin social.

Poltica de capacitacin

El Estado, por intermedio del Servicio Ecuatoriano de Capacitacin Profesional, SECAP, ha brindado programas de Capacitacin. Lamentablemente estos han girado en torno a una oferta obediente a los requerimientos y condicionamientos del proceso productivo nacional el cual, como hemos sealado, ha sido deficitario debido al precario nivel de desarrollo que ha experimentado el Ecuador, por lo tanto estos programas y sus contenidos, si bien respondan a un momento concreto del desarrollo del pas, hoy, por su situacin real, no tienen respuesta adecuada a- las actuales exigencias de los procesos de produccin y productividad.

Al ser una capacitacin circunscrita solamente a los intereses de los sectores productivos, ha sido por tanto elitista. Desde los trabajadores/as, concebimos una capacitacin que no solamente responda a los requerimientos laborales sino que nos forme para la vida. Nos referimos entonces a una capacitacin con contenidos hacia la educacin y promocin humana sustentada en valores y destrezas que abra nuevas perspectivas para una educacin personal, profesional y sindical, triada que complementa la integralidad de la misma.

Se requiere modernizar el SECAP para que pueda responder a los requerimientos actuales de la ciencia, la tecnologa y a los avances integrales que presentan hoy da los procesos productivos. Esta modernizacin que reclamamos no significa ni implica necesariamente su privatizacin, sino la incorporacin de renovadas concepciones y metodologas que oferten y aseguren una alternativa en la capacitacin y profesionalizacin de la fuerza laboral ecuatoriana.

Consideramos que la capacitacin laboral no puede ni debe estar deslindada del proceso educativo formal del pas, por el contrario, esta requiere ser concebida y desarrollada con una visin integral. Para ello, tanto el Estado como la sociedad en su conjunto, deben realizar esfuerzos dirigidos a elevar los niveles educativos a fin de que estos puedan promover un cambio de mentalidad y nos conv-ierta en seres humanos con mayor y mejor capacidad de produccin.

Se precisa apuntar a una reforma integral de la educacin concebida como inversin para la formacin humana y laboral que asegure el mejoramiento de las oportunidades individuales para lograr empleos de ms alta remuneracin en condiciones dignas, equitativas y sostenibles; sistemas que necesariamente deben conjugar alternativos y modernos contenidos de enseanza con los requerimientos del mundo real de la produccin.

Una capacitacin alternativa debe romper con la divisin sexual del trabajo que asigna a la mujer roles secundarios en la produccin y consecuentemente genera su injusta discriminacin laboral y social. En contraposicin la capacitacin que proponemos debe dirigirse a promover la igualdad de oportunidades afianzando el mejoramiento de la productividad, del empleo, del ingreso y de la participacin ciudadana de todos y todas.

Para este logro el Estado, los trabajadores/as y empleadores/as debemos impulsar nuevas estrategias de capacitacin encaminadas a lograr la profesionalizacin de la mano de obra, conformando entidades de capacitacin en los campos y reas requeridas por el pas. En nuestros convenios laborales debemos priorizar la capacitacin integral con costos proporcionales a las posibilidades de los actores abriendo igualdad de oportunidades a su a todos los trabajadores/as.

El compromiso y solidaridad del Estado y de la empresa privada unida al esfuerzo de las centrales sindicales proporcionar los recursos econmicos que financien esta sostenida poltica de capacitacin que hemos apuntado.

Este compromiso compartido por una capacitacin, en los trminos referidos, dinamizar nuestra vida sindical, despertando mayor y mejor credibilidad y legitimidad de nuestro accionar por la vida, la justicia y la igualdad.

Relaciones laborales

Siendo la relacin capital trabajo una de las fundamentales en el actual sistema productivo, esta se desenvuelve en trminos acordes con la estructura jerrquico-vertical y autoritaria en la que se fundamenta los procesos productivos y la mayora de instituciones sociales, incluidas la familia, la escuela, partidos polticos, las iglesias y otras.

Desde el punto de vista de los trabajadores/as es necesario impulsar la democratizacin de las relaciones laborales dentro de un marco de dilogo, independencia, respeto, reciprocidad y consenso.

Los temas fundamentales que involucran las relaciones laborales y en las que es necesa-rio establecer polticas que garanticen la plena participacin de trabajadores/as en las decisiones son:

  • Organizacin de la produccin.
  • Productividad y calidad.
  • Relaciones laborales.
  • Condiciones de trabajo.
  • Contratacin individual y colectiva.
  • Resolucin de conflictos.
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2.1 Crear espacios permanentes de concertacin y dilogo entre trabajadores, empresarios y gobierno

1.- El Ecuador atraviesa una profunda crisis, que a diferencia de las anteriores que fueron circunstanciales, la actual traspasa las arterias mismas del sistema imperante y es global, es decir, poltica, econmica, social y tica, que rebasa los lmites de la nacin y sus efectos recae sobre todo en el pueblo.

2.- La globalizacin de la economa, que no es sino la aplicacin del modelo neoliberal ha sido engendrado en las entraas de las grandes potencias y sus empresas transnacionales, su aplicacin en el pas data desde hace 20 aos con consecuencias graves para el pueblo que sufre la masificacin de la pobreza (85% de la poblacin), el desempleo y subempleo generalizado, analfabetismo, desnutricin por un lado, pero por otro concentracin de la riqueza, corrupcin institucionalizada, violencia y autoritarismo.

3.- En lo poltico, el modelo neoliberal tiende a restringir cada vez ms los espacios democrticos, reduciendo la democracia a una mera participacin electoral y en relacin con el poder al ejercicio de una verdadera dictadura del capital financiero y las grandes empresas transnacionales y sus aliados nacionales.

4.- La clase obrera ha sido y es la portadora de las ms importantes tradiciones de lucha; gracias a su organizacin, capacidad y sacrificio se han logrado conquistas y defender fundamentales derechos y reinvindicaciones no solo del sector sino del pueblo en su conjunto, por ello mismo ha sido el blanco de los ms duros ataques de los sustentadores del modelo neoliberal, no solo a travs de la imposicin de leyes y normas antidemocrticas, sino tambin de la divisin, las calumnias y la represin. Todo ello ha debilitado cuantitativa y cualitativamente a las centrales sindicales que han visto disminuidas su base social y un cierto desconcierto y temor en su militancia.

5.- La magnitud de la crisis es de tal forma que afecta a otros sectores de la sociedad como la denominada clase media que se ha ido paulatinamente pauperizando, a la mediana y pequea industria, a los artesanos y a la industria nacional, que han entrado en un grave proceso de recesin econmica y de autoliquidacin o reduccin de los derechos y reinvindicaciones sociales de los trabajadores.

6.- El movimiento sindical ha entrado en un proceso de reconceptualizacin de sus tesis y programas con el objeto de responder la agresin del modelo econmico vigente y el sistema poltico que lo sustenta, pero a la vez plantear alternativas y soluciones a los problemas de orden coyuntural, en esa perspectiva consideramos la necesidad de implementar nuevas alianzas, defender las conquistas democrticas y -los derechos y convenios laborales, fortalecer la conciencia clasista y la capacitacin profesional, etctera, es decir una estrategia de acumulacin de fuerzas. En esta perspectiva y bajo un nuevo concepto de respeto al pluralismo y la heterogeneidad, pero a la vez abiertos a encontrar acuerdos, planteamos el dilogo social y la concertacin como uno de los mecanismos de acumulacin, proposicin y defensa de los intereses de los trabajadores, que de ninguna manera reemplaza a la movilizacin, la autonoma y la lucha popular, como mal intencionadamente han planteado algunos sectores con el afn de desprestigiar al FUT.

Este proceso ha tenido algunos tropiezos, bsicamente por los siguientes aspectos:

  1. Ausencia de una cultura del dilogo, que permita sentar en la misma mesa a elementos contrapuestos, en donde predomine los argumentos y la razn.
  2. Desconfianza histrica entre las partes, por falta de transparencia, ausencia de mecanismos de seguimiento y medicin de los acuerdos.
  3. No siempre las motivaciones expresadas corresponden con las reales, por lo que la concertacin puede equivaler a un ardid integrado en una estrategia de post-ergacin de soluciones.
  4. Los actores sociales deben tener la suficiente fuerza para que los acuerdos sean equilibrados y haya respeto entre las partes.
  5. No siempre el proceso cuenta con el apoyo tcnico y material, ni de evaluacin y seguimiento, incluida la asignacin de responsabilidad y la adopcin de cronogramas de ejecucin.
  6. No siempre las partes que intervienen en la concertacin poseen la libertad e independencia necesarias para asegurar la representacin idnea de los intereses de su sector. Ello permite que en ciertos casos la concertacin se confunda con la cooptacin.
  7. Las decisiones alcanzadas mediante la concertacin requieren muchas veces una materializacin legislativa vinculante por va parlamentaria y su contenido parece predeterminado a ser resuelto por los diputados de la mayora.

El 9 de septiembre de 1996, se suscribi entre el Gobierno, las Cmaras Empresariales y las Centrales Sindica-les el denominado Protocolo para el Proceso de Concertacin a fin de lograr un Pacto Social, al mismo tiempo se estableci un Reglamento de funcionamiento que contiene:

  1. El plenario de Concertacin Social conformado por los titulares de la: Federacin de Cmaras de Comercio; Asociacin de Cmaras de Industriales; Asociacin Nacional de Cmaras de Agricultura; por los trabajadores los presidentes de la Central Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas, CEDOC, la Confederacin Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores, CEDOCUT, la Confederacin Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres, CEOSL, y la Confederacin de Trabajadores del Ecuador, CTE, y; por el Ejecutivo los titulares del Ministerio de Trabajo y de los dems ministerios y entidades que suscribieron el protocolo.
  2. Las Mesas de Dilogo Nacional: de Empleo, de Poltica Salarial, de Capacitacin, de Seguridad Social y de Modernizacin de las Relaciones Laborales.
  3. La Secretara Tcnica, conformada por un representante de cada sector.

Durante estos ltimo aos las Mesas de Dilogo han venido laborando hast-a producir consensualmente algunos acuerdos, especialmente la Mesa de Empleo, Capacitacin, Seguridad Social y Unificacin Salarial, desgraciadamente en el Plenario no se ha logrado resolver los acuerdos mnimos, por el contrario, debido bsicamente a la inestabilidad de los representantes del Ejecutivo y de los empleadores, a la falta de voluntad poltica para dialogar y respeto a los acuerdos y a la sistemtica agresin econmica a travs de las medidas de ajuste, el proceso ha sido intermitente y en los ltimos aos prcticamente se ha paralizado.

El 8 de septiembre del presente ao, en un nuevo intento de retomar el dilogo, los tres sectores relanzaron pblicamente un nuevo acuerdo.

La reunin del Plenario realizado ese mismo da acord conformar las Mesas de Dilogo, priorizar como temas urgentes a ser tratados en el Plenario la Unificacin Salarial, la Capacitacin y la Seguridad Social; reformar el Reglamento y conformar la Secretara Tcnica.

Conclusiones

  1. El proceso de dilogo y concertacin social ha contado con el respaldo tcnico y financiero de la Organizacin Internacional del Trabajo, OIT y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, los mismos que han manifestado su decisin de continuar aportando para este objetivo.
  2. El FUT debe disear una tctica y estrategia que contribuya a cambiar la correlacin de fuerzas actual, para lo cual es necesario partir de una concertacin y unidad, primero de las mismas centrales sindicales y segundo con otras organizaciones populares.
  3. El dilogo y la concertacin no pueden ser entendidos como procesos que reemplacen a la autonoma y a las acciones del movimiento sindical para lo cual es necesario una permanente evaluacin y vigilancia del mismo.
  4. El FUT debe realizar dilogos bilaterales con sectores empresariales, Fuerzas Armadas, iglesias, Congreso Nacional, entre otros.
  5. Es necesario obligar a las partes a concretar resultados medibles y viables, y buscar mecanismos de institucionalizacin y legitimacin del dilogo.
  6. El FUT debe involucrar a otros sectores en el proceso de dilogo, ya que muchas veces estas se realizan en forma aislada permitiendo un manejo poltico y la manipulacin del rgimen.
  7. Hay que enfrentar con firmeza aquellos sectores que utilizando la calumnia, han pretendido desprestigiar a la direccin sindical con argumentos falsos.

Mesa de Dilogo sobre Modernizacin de las Relaciones Laborales

  1. Habindose constituido la Mesa de Dilogo sobre Modernizacin de las Relaciones Laborales, el FUT debe definir una posicin que tienda a comprometer a los otros actores en la necesidad de analizar y establecer reglas claras sobre las relaciones laborales, del respeto a los derechos, leyes y convenios internacionales, de la prevencin y solucin de los conflictos laborales, de la contratacin colectiva, de la participacin de los trabajadores en los procesos de modernizacin y reconversin industrial, etctera.
  2. Durante los aos de vigencia del Cdigo del Trabajo se han producido varias reformas, la mayora de las cuales han sido adoptadas de manera unilateral e inconsulta con los trabajadores, y su aplicacin se ha dirigido a debilitar los derechos laborales como el de asociacin sindical, contratacin colectiva, huelga, etctera. Por otra parte encontramos en el Cdigo del Trabajo varias disposiciones totalmente anticuadas que perjudican a los trabajadores, en este sent-ido se considera importante que el FUT designe una comisin de tcnicos para preparar un proyecto de Reformas Laborales, cuya presentacin ser resuelto por la Direccin Nacional en el momento que polticamente estime conveniente. Este proyecto debe ser consensuado en las centrales sindicales con sus bases, pero a la vez se tiene que ganar aliados para su aprobacin. Respecto al Cdigo de Procedimiento Laboral, se considera que debe ser analizado ms a mediano plazo, sin embargo de lo cual se recomienda que la misma comisin de Reformas del Cdigo del Trabajo prepare una propuesta.
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3.1 Creacin de la Defensora Adjunta de los Derechos Laborales

  1. El FUT en su legtimo derecho de buscar espacios institucionales para preservar sus conquistas democrticas y exigir respeto a las leyes y convenios laborales, plantea la creacin de la Defensora Adjunta de los Trabajadores en la Defensora del Pueblo, con el carcter de nacional.
  2. En un primer momento y hasta cuando hayan las condiciones de la nominacin del Defensor Adjunto, se suscribir un Convenio entre el FUT y la Defensora del Pueblo, para lo cual se nombrar una comisin de redaccin conjunta.
  3. El FUT nominar una comisin para redactar un Reglamento que permita la designacin democrtica de un coordinador encargado de viabilizar el convenio antes sealado.
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4.1 Comunicacin y difusin de leyes, convenios y derechos sindicales

"La Comunicacin significa organizacin"

Coln Cherry

Introduccin

La comunicacin surge de la necesidad de tomar o con la realidad que nos rodea, para lograr entendimientos. o que si tiene los mejores recursos concebidos, adquiridos y practicado, alcanzar el xito deseado.

Hombres y mujeres, son creadores de muchas lenguas, lo es tambin de lenguajes, la evolucin cultural, los avances cientficos, electrnicos, mecnicos y tecno-cientficos, han dado lugar a inmensas posibilidades comunicativas con instrumentos variados: figuras, grficos, medios audiovisuales e informticos.

A travs de la multiplicidad de lenguajes que aparecen, este desarrollo de la ciencia y la tecnologa ha impulsado este campo a denominar la era de las comunicaciones. Campo que sus resultados asombrosos ha facilitado la informacin (difusin) y comunicacin del conocimiento de los derechos universales y obligaciones de cada uno de los actores.

Partiendo del concepto universal de comunicacin que es "la transmisin de seales que configura un mensaje, el cual, va desde un emisor hacia un receptor, a travs de un cdigo comn a los dos", esta, nos presenta la necesaria relacin de dos actores a fin de que se produzca la comunicacin, lo que ha medida que se perfecciona va adquiriendo ms fuerza y cohesin, formndose a la vez ms efectiva.

Las funciones de la comunicacin dependen de los actores sociales que estn involucrados en una situacin, de las necesidades e intereses que se hallen en juego, de la relacin social que se establece entre las personas o entre los grupos, del contexto social y de las circunstancias en que se produzca la comunicacin.

La comunicacin puede estar al servicio de un proceso de educacin, difusin, formacin, pero tambin de deformacin, puede servir para fortalecer a las organizaciones sociales o puede servir para dividir, manipular, confundir o destruir a estas. Puede ser una herramienta de la organizacin para defender sus derechos, para liberar a los pueblos o para engaar, oprimir o dominar.

Antecedentes

Los medios masivos de comunicacin e informacin en el contexto mundial ejercen una poderosa influencia sobre la colectividad en el mbito de sus ideas, sus sentimientos, sus comportamientos y su manera de vivir.

La comunicacin ha establecido una relacin social entre personas, grupos u organizaciones que entran en juego en este proceso. Este conjunto es un reflejo de las relaciones sociales que predominan en nuestro pas y de los que se dan tambin a escala internacional.

La comunicacin en el Ecuador como en otros ejes de accin del movimiento sindical y popular, se caracteriza por el apoderamiento de fuerzas identificadas con la globalizacin, la aplicacin del modelo de libre mercado diseado por las multinacionales, modelo, que con el programa de ajuste estructural y de la creciente competencia e intervencin internacional busca: reducir la estabilidad, los costos laborales, la seguridad en el empleo, extender el nmero de infantes en el trabajo, promover empleos precarios con bajos salarios, disminucin de beneficios y escasa seguridad social, cambios profundos en la organizacin de los procesos productivos y en las relaciones laborales, promocin desde los medios de informacin y comunicacin de actitudes liberales como el egosmo, el individualismo, el consumismo, la doble moral, el culto a la personalidad y estrategias para desprestigiar y debilitar al movimiento sindical y popular a travs de una campaa de difamacin contra los/as dirigentes/as y el movimiento.

La imposicin de este modelo tiene un impacto creciente en la vida de los trabajadores/as y el pueblo, demostrando ser desastroso para el desarrollo social ya que a profundizado los diferentes problemas que afecta a los sectores populares de nuestro pas como la tendencia al incremento de los ndices de corrupcin en los organismos pblicos y privados, cada del poder adquisitivo de sueldos y salarios, incremento del desempleo que cae pesadamente sobre trabajadores/as principalmente de jvenes, mujeres y de mayor edad y en aquellos con niveles bajos de salud, educacin, vivienda, servicios bsicos, seguridad social, etctera. El incremento del subempleo, a aquel sector denominado como sector informal que se encuentra hurfano de proteccin de la ley y garan-tas sociales, la discriminacin de gnero, cultural y social, el deterioro acelerado del medio ambiente, la sobreexplotacin de los recursos naturales, produciendo el crecimiento de la pobreza y la migracin, as desconociendo los derechos humanos y fundamentales y producindose una violacin sistemtica a los derechos humanos.

El control sobre la tecnologa y sobre los medios de comunicacin por parte de las transnacionales en el mbito mundial y por parte de las clases dominantes criollas, a escala nacional, ha transformado a estos medios en instrumentos de dominacin ideolgica, poltica y econmica; dominacin que se efecta en cada instante de la vida cotidiana de las grandes masas de trabajadores/as y el pueblo.

En el pas predomina procesos de comunicacin e informacin vertical autoritaria al servicio de relaciones de dominacin, se genera conflicto, resistencia y oposicin. Los medios masivos de comunicacin ejercen una poderosa influencia sobre la colectividad en el mbito de sus ideas, sus sentimientos, sus necesidades, comportamientos, su manera de vivir.

La constante informacin que se difunde expresa el punto de vista de los intereses de la clase dominante, los medios de comunicacin seleccionan los hechos que muestran las virtudes del sistema o aquellas que permite combatir las ideas del movimiento popular y sindical o cualquier tendencia que pueda poner en peligro la estabilidad del orden establecido.-p>

La manipulacin de la informacin se expresa de manera anrquica con que son presentados los hechos noticiosos, los cuales aparecen descontextualizados y desconectados entre s, ocultando las causas reales de los problemas.

El sensacionalismo de la crnica roja, el culto a las imgenes de " los grandes personajes" como artistas, magnates, empresarios, etctera, que estereotipan valores y modos de vida de la clase dominante, constituye una forma de distraer la atencin de los problemas cotidianos de trabajadores/as y de ejercer la dominacin ideolgica sobre la poblacin.

El desconocimiento de leyes, convenios, normas internacionales de trabajo y dems derechos fundamentales, ha limitado la exigibilidad de ellos, pues, en los medios de comunicacin no s difunden desde una ptica de los trabajadores, adems de que el movimiento sindical no tiene a esos espacios de difusin y cuando los tiene son muy limitados.

La falta de un tratamiento poltico de este tema a impedido que el movimiento pueda realizar un trabajo que impulse la comunicacin y difusin de los derechos laborales.

Objetivos

Frente a esta situacin corresponde a los sectores sindicales y populares desarrollar su propia comunicacin que sea alternativa a la comunicacin imperante:

  1. La comunicacin y la informacin de leyes, convenios, pactos y derechos deben llegar a todos los trabajadores/as de los diversos sectores tanto populares como sindicales, por todos los medios disponibles. Esta comunicacin apuntara a sensibilizar y fomentar el dilogo, el mismo que motivara a la participacin y a la exigibilidad de los derechos humanos.
  2. La comunicacin y la informacin se impulsarn para conocer y transformar la realidad, para fomentar la relacin y la unidad entre trabajadores, para crear identidad sindical, para concientizar que el movimiento sindical no se contrapone a los derechos colectivos, para afirmar los derechos a la contratacin colectiva, de negociacin, a la seguridad social, a trabajar en un lugar sin contaminacin, a que se respete las normas de higiene y la conservacin del medio ambiente. En definitiva, exponer que los derechos sindicales son derechos humanos.
  3. Transformar a la comunicacin actual en una herramienta de liberacin, que responda a los intereses y necesidades de los sectores- populares y sindicales. Debe estar al servicio de las organizaciones para promover sus luchas reivindicativas.
  4. Acoger las diversas formas de expresin y comunicacin, propias de sectores populares y sindicales.
  5. Fomentar el dilogo y la participacin de diferentes sectores para permitir una relacin directa la participacin en diferentes medios.
  6. Impulsar por diversos medios la movilizacin articulada a escala nacional e internacional.
  7. Incursionar el Movimiento Sindical en los medios de comunicacin de tecnologa avanzada.
  8. Coordinaran actividades de educacin y difusin de los derechos sindicales.

Estrategias

La mejor garanta para reclamar nuestros derechos es el conoci-miento de ellos, con los que se emprendera un proceso de concientizacin y de educacin, para fortalecer las organizaciones y promover la movilizacin popular en defensa de los intereses colectivos.

Todo el proceso comunicativo de los derechos de los/as trabajadores/as va desde la organizacin, planificacin, recoleccin de la informacin, redaccin de artculos, revisin y correccin, diseo y diagramacin, impresin, distribucin y evaluacin. Todo este proceso debe empujarse desde las centrales sindicales.

Entendiendo que la lucha es contra un sistema que nos afecta a la mayora de actores sociales a escala nacional e internacional, es necesario promover acuerdos y alianzas con diferentes sectores u organizaciones, tanto en el interior de nuestro pas como en el exterior. El objetivo empuja a internacionalizar nuestras acciones por medio de la articulacin de campaas que difundan, defiendan y exijan el respeto a nuestros derechos. Estas campaas apuntaran a la defensa de:

  1. Derecho de Sindicacin.
  2. Derecho de Negociacin Colectiva.
  3. Abolicin del Trabajo infantil.
  4. Remuneracin igual para hombres y mujeres.
  5. Promocin de la igualdad de oportunidades y trato en materia de empleo y de ocupacin.
  6. Proteccin a trabajadores/as contra remuneraciones indebidamente bajas.
  7. Informacin, proteccin e igualdad de trato en beneficio de los trabajadores inmigrantes.
  8. Garanta de los beneficios de la seguridad social tanto para nacionales como para extranjeros.
  9. Capacitacin sindical, profesional y formal.
  10. Democrac-ia plena.
  11. Necesidad de servicios esencialmente preventivos con objeto de establecer y mantener un medio ambiente sano, seguro que favorezca la salud mental y fsica de los trabajadores/as.
  12. Defensa de los derechos colectivos.
  13. Ratificacin de convenios internacionales.
  14. Los derechos sindicales son derechos humanos.
  15. De imagen sindical y popular.
  16. De consignas reivindicativas.

Medios

La difusin permanente de estos derechos laborales, las normas internacionales de trabajo, algunos p-rotocolos, pactos, declaraciones o convenios, as como el contenido del Cdigo de Trabajo y otras leyes deben impartirse por medios masivos y medios selectivos. Los primeros tendrn cobertura nacional e internacional y los selectivos con cobertura regional, por diversos medios visuales como peridicos, revistas, material impreso: afiches, volantes, circulares, correo, dpticos, trpticos; medios sonoros como la radio; medios audiovisuales como la televisin, videos; y, medios multimediales de ltima tecnologa por medio de computadora.

La eleccin de los medios se realizar por cobertura geogrfica y por nmero de audiencia, por la frecuencia y por los costos analizando costo por persona que lee, escucha, mira, etctera.

Organismo de Coordinacin y Ejecucin

En la necesidad de promover una comunicacin alternativa desde el sector sindical y popular es necesario estructurar un organismo de coordinacin y ejecucin del plan de difusin y comunicacin en derechos humanos y sindicales. Este puede ser llamado comisin u organismo que ser integrado por delegados de las centrales sindicales que realicen trabajos en los departamentos de Derechos Humanos y Comunicacin.

Bibliografa: CEDIME , Manual de la Prensa Popular ; INEL-CEOSL, Poltica Educativa; CIOSL, Manual de Com-unicacin; Beatriz Espin , Comunicacin Escrita; Mnica Gaviln Ll.; Pedro Rojas R., Elementos Bsicos de Comunicacin para Un mejoramiento de la Imagen Sindical.
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5.1 Educacin de los trabajadores/as

1. Contexto

El contexto en el que nos movemos la clase trabajadora es de un mundo caracterizado por los impactos de: la cada de muro de Berln, la globalizacin y el desarrollo cientfico-tecnolgico. Hechos que han provocado transformaciones en la organizacin del trabajo, en la divisin internacional del trabajo y en las relaciones laborales, adecuando las estructuras y prcticas econmicas, jurdicas, ideolgicas y polticas de nuestros pases a las necesidades de acumulacin de capital.

Como parte fundamental de este sistema, la educacin formal y profesional se organiza para responder a las necesidades de reproduccin de las relaciones de dominacin y de acumulacin, formando para el trabajo, intensi-ficando los procesos de explotacin e intensificando el carcter mercantil del trabajo y del/a trabajador/a.

La educacin de la clase trabajadora tiene que enfrentar esta realidad y organizar el proceso desde otro principio: educacin para la vida. Proceso que articule orgnicamente la formacin sindical, la educacin formal y la formacin profesional.

2. Principios

  • La educacin de los/as trabajadores/as es un proceso poltico sistmico, organizado desde el punto de vista de clase, que contribuye a la transformacin tanto de las estructuras y prcticas sindicales como a la transformacin del ser humano y de la sociedad en la que vivimos y actuamos.
  • La educacin de la clase trabajadora es un proceso dinmico en el cual trabajadores/as transforman sus conocimientos, sentimientos, actitudes y valores enajenados por el mundo de las mercancas, contribuyendo a la percepcin crtica de la realidad, al fortalecimiento de la conciencia de clase y al desarrollo de capacidades para la accin poltica clasista que permita una constante acumulacin de fuerzas en el terreno organizativo, de movilizacin y de lucha de los sectores populares. De esta manera, la educacin se constituye en un espacio de liberacin y constr-uccin colectiva en la que trabajadores/as son gestores/as y protagonistas de un proyecto poltico de liberacin y de la construccin de la identidad de clase.
  • La educacin de la clase trabajadora se relaciona orgnicamente con la organizacin sindical, contribuyendo en su proceso de construccin, transformacin, dinamizacin y fortalecimiento de su estructura orgnica para la defensa de los derechos, la consecucin de sus intereses y aspiraciones de clase y aumentar la capacidad de lucha, movilizacin y negociacin de los sindicatos.
  • La educacin de la clase trabajadora se relaciona orgnicamente con la accin poltico-sindical de trabajadores/as orientando a que, las acciones individuales y colectivas para la construccin de la sociedad, la organizacin y el ser humano que aspiramos los/as trabajadores/as, se desarrollen con identidad y pertenencia de clase.
  • La educacin de la clase trabajadora desarrolla los valores de: unidad de clase, autonoma e independencia de clase, igualdad, equidad, fraternidad, solidaridad, democracia.
  • La educacin de la clase trabajadora desarrolla una metodologa adecuada y coherente con los principios, objetivos y valores que impulsa la clase trabajadora. Se parte de la propia experiencia de los/as trabajadores/as, reflexionar sobre ella, desarrollar los conocimientos y volver nuevamente a la prctica para transformar conscientemente la realidad individual y colectiva (prctica-teora-prctica). Por lo tanto la metodologa es liberadora permitiendo la construccin colectiva de conocimientos y propuestas para la accin: el proceso metodolgico articula tres momentos fundamentales, accin-reflexin-accin.
  • La educacin y la metodologa de la clase trabajadora es una tarea poltica y clasista, sus objetivos y mtodos estn ligados a los intereses, estrategias y proyectos; y por tanto, estn inscritas dentro de las luchas y estrategia poltica global orientada a la transformacin liberadora de la sociedad. Es decir estn centradas en la realidad histrica concreta.
  • La educacin sindical es una prioridad fundamental para el desarrollo y consolidacin de la clase trabajadora.

3. Objetivos

La- educacin de la clase trabajadora apunta a:

  • Consolidar el poder, la unidad y la organizacin de los/as trabajadores/as para que se constituyan en gestores de su propia liberacin.
  • Fortalecer el sindicalismo para aumentar la capacidad de respuesta y de propuesta de la clase trabajadora frente a los retos actuales.
  • Desarrollar la conciencia y el compromiso de trabajadores/as, consolidando la identidad de clase, impulsando la lucha por los intereses de clase y asumiendo posiciones crticas y activas frente a las concepciones de la clase dominante.
  • Potenciar la accin sindical socio-poltica para conseguir una nueva sociedad, una organizacin renovada, democrtica y participativa y un ser humano ntegro.
  • Incidir con polticas y propuestas en los planes y programas de la educacin formal y la formacin profesional para mejorar la educacin de los/as trabajadores/as.
  • -
  • Fortalecer la vida democrtica y equitativa de las organizaciones sindicales.
  • Desarrollar los valores ticos y morales de la clase trabajadora.
  • Promover la formacin de nuevos/as cuadros.
  • Potencializar en la vida de las organizaciones el conocimiento y la prctica de los derechos humanos y sindicales.
  • Impulsar la creacin de una Universidad del Trabajo para mejorar la educacin de los trabajadores/as.

4. Ejes

La educacin de la clase trabajadora se organizara tomando en cuenta tres ejes fundamentales:

  • Formacin sindical.
  • Educacin formal.
  • Formacin profesional.

4.1 La formacin sindical

La formacin sindical de los/as trabajadores/as tiene algunos problemas fundamentales:

  • La educacin de los/as trabajadores/as en las diferentes centrales sindicales es heterognea y desigual.
  • Falta desarrollar un sistema nacional de formacin sindical coherente que permita homogeneizar contenido y forma desde una posicin clasista y unitaria.
  • La cobertura es limitada para atender las demandas de educacin de las diferentes organizaciones segn sus necesidades.
  • Falta una mayor coordinacin entre las organizaciones al interior del movimiento sindical y de stas con instituciones fraternas que apoyan el trabajo sindical.
  • Faltan efectivos sistemas de evaluacin y seguimiento de las personas que salen de los diferentes eventos educativos.
  • Inadecuados mecanismos de seleccin de los/as participantes a las diferentes actividades educativas desperdiciando recursos y tiempo.
  • Poco apoyo y poco tiempo dedicado a la investigacin sistemtica para la educacin y actualizacin de temas.
  • Las concepciones y procesos metodolgicos en las diferentes organizaciones es heterogneo.
  • Falta una mayor generacin de espacios de participacin y seguimiento para las personas que salen de las diferentes actividades educativas.
  • Falta identificar con precisin las necesidades de formacin de las organizaciones.
  • Falta ms recursos econmicos y materiales para la educacin.

Ante estos problemas, la formacin sindical apuntara a:

  • Constituir un sistema de formacin y capacitacin sindical para educar sindical y polticamente a trabajadores/as.
  • Organizar equipos de educacin formando formadores/as.
  • Profundizar, dentro del movimiento sindical el proceso educativo y la metodologa participativa.
  • Afianzar los contenidos del sindicalismo bsico y socio-poltico.
  • Impulsar la investigacin como espacio de renovacin, actualizacin y construccin de temas de formacin, estrategias y mtodos que estn acordes con las demandas del movimiento sindical.
  • Disear mecanismos que permitan una mejor seleccin de los/as participantes.
  • Generar y fortalecer en las organizaciones, espacios de participacin y accin para los/as trabajadores/as que estn en procesos de formacin.
  • Disear planes y proyectos que permitan sostener el sistema de educacin sindical.
  • Impulsar la difusin de la educacin sindical a travs de medios de informacin colectiva.

Los programas de la educacin de la clase trabajadora seran:

  • Programa de formacin y capacitacin sindical bsica.
  • Programa de formacin y capacitacin en teora econmica.
  • Programa de formacin y capacitacin en teora poltica.
  • Programa de formacin y capacitacin jurdica.
  • Programa de formacin y capacitacin de formadores/as.
  • Programa de formacin de organizadores/as.
  • Programa de promotores de derechos humanos y sindicales.
  • Programa de formacin y capacitacin de especialistas en contrataci-n colectiva.
  • Programa de formacin y capacitacin en gnero.

4.2 La educacin formal

El sistema de educacin formal en el pas, desde los/as trabajadores/as, tiene algunos problemas:

  • Las reformas curriculares que se han implementado en el pas no son participativas.
  • La metodologa de la educacin sigue siendo autoritaria.
  • Los contenidos de la educacin no responden a las necesidades y aspiraciones de los/as trabajadores/as.
  • No existen espacios o programas suficientes para el de trabajadores/as a los diferentes niveles de la educacin formal: primaria, secundaria y superior.

Ante estos problemas, la participacin de la clase trabajadora en la educacin formal apunta a:

  • Contribuir con propuestas de formacin integral para incidir en la implementacin de reformas curriculares.
  • Contribuir con propuestas para la implementacin de una metodologa participativa.
  • Acceder a programas de educacin para terminar la formacin primaria y secundaria y acceder a programas de formacin superior.

Los programas que permitira participar en la educacin formal seran:

  • Programa de participacin y negociacin poltica para la educacin formal.
  • Programa de socializacin de la metodologa.
  • Programa de diseo de propuestas para el a los diferentes niveles de formacin.

4.3 La formacin profesional

La formacin profesional en el pas, desde la visin de los/as trabajadores/as, tiene algunos problemas:

  • Falta un sistema integral e integrado de formacin profesional.
  • Faltan polticas claras que orienten la formacin profesional.
  • Falta de apoyo, por parte del Gobierno, a los esfuerzos de calificacin de mano de obra.
  • Poca participacin de los trabajadores/as en la determinacin de polticas y ejecucin de programas.
  • Falta propuesta curricular general.
  • Desarticulacin entre la capacidad instalada de oferta de formacin profesional y las necesidades del aparato productivo.
  • Falta un mayor financiamiento.

Ante estos problemas, la participacin de la clase trabajadora en la formacin profesional apunta a:

  • Contribuir con propuestas de formacin de un sistema integral de formacin profesional en el pas.
  • Contribuir con propuestas para la implementacin de una metodologa participativa en la formacin profesional.
  • Acceder a programas de formacin profesional que permita a trabajadores/as actualizar sus conocimientos y mejorar sus condiciones de trabajo y de vida.
  • -
  • Contribuir con polticas y propuestas para ampliar la cobertura de la formacin profesional a otros sectores sociales populares: jvenes, mujeres, discapacitados/as, tercera edad y otros.
  • Relacionar la educacin formal con la formacin profesional para optimizar los recursos.

Los programas que permitira participar en la formacin profesional seran:

  • Programa de participacin y negociacin poltica para la formacin profesional.
  • Programa de socializacin de la metodologa.
  • Programa de a los diferentes programas de formacin profesional.
  • Programa de diseo de polticas y propuestas para ampliar la cobertura de la formacin profesional.
  • Programa de concertacin para la relacin entre la educacin formal y la formacin profesional.
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Evaluacin, seguimiento y ajuste del plan operativo de Derecho al Trabajo

Para la evaluacin, seguimiento y ajuste de este Plan Operativo, se deber organizar una Comisin permanente del Derecho al Trabajo, la cual estar integrada paritaria y descentralizadamente, por representantes del Estado y la sociedad civil involucrada en este plan.

La Comisin del Derecho al Trabajo deber coordinar sus acciones con los restantes integrantes del Plan Operativo de Derechos Humanos; elaborar los cronogramas de actividades respectivos, as como -los indicadores de financiamiento y gastos, y los indicadores de resultados, entre otros.

Adems, para el primer trimestre del ao 2002, esta Comisin deber preparar un documento que resuma las acciones en marcha y/o concluidas del Plan Operativo del Derechos al Trabajo.

Este documento deber formar parte del Plan Nacional de Derechos Humanos. Resultados 2003, que los actores involucrados, tanto del Estado y la sociedad civil, debern dar a conocer al pas.


Asociacin Americana de Juristas, AAJ - Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales, ILDIS - Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura, UNESCO. Tercera edicin enero 2000. ISBN 9978-94-014-2 Plan Operativo de Derechos Humanos. Derechos de autor: 013063


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