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Ciudadanias
globales y sociedades civiles globales. Pistas para el analisis
Los
dramticos cambios en las dinmicas econmicas, sociales,
culturales y polticas a nivel global estn haciendo posible el
surgimiento de ciudadanas y sociedades civiles globales. Son
procesos en construccin. Contienen disputas de sentido y de
conquista de espacios. All la lenta ampliacin de los derechos
ciudadanos frente a asuntos y problemas globales se esta dando no
solo desde la institucionalidad supraestatal emergente, sino desde
los movimientos sociales de perspectiva crecientemente global, que
asumen el derecho a tener derechos tambin en este espacio
globalizado.
Virginia
Vargas*
30654v
La
ciudadana es una categora en construccin. Histricamente su
contenido ha variado a lo largo de los siglos (desde la poca de
los griegos) y ha cobrado nuevos contenidos en lo que se ha dado
en llamar la ciudadana moderna, que surge en los siglos 18 y 19
, segn los pases y regiones, y que marcan el paso de una
sociedad estamental a una sociedad moderna. A lo largo de los
siglos, las concepciones y contenidos de la ciudadana se han ido
complejizando y ampliando, en un permanente proceso alimentado ya
sea por la recalificacin de los derechos existentes (Lister
habla de dar sustancia a los derechos existentes), ya sea por el
descubrimiento de las nuevas exclusiones que se iban generando. Y
se ha ido conquistando a partir generalmente de las luchas de los
excluidos por su inclusin y a partir de los intentos
legitimadores y modernizantes de los estados nacin.
Una
de las definiciones clsicas de los contenidos de la ciudadana
corresponde a Marshall (1973). El distingue dimensiones y tipos de
derechos: civiles, polticos y sociales, construidos
histricamente; los derechos civiles, perfilados en el siglo
XVIII; los derechos polticos, en el siglo XIX y los derechos
sociales, que surgi con fuerza recin en el sigloXX.
Parecera
as que la ciudadana moderna se sustenta en algunos rasgos
comunes, tales como la igualdad formal de derechos y obligaciones,
la pertenencia a una comunidad poltica (no solamente el Estado),
la garanta para el ejercicio de los derechos ciudadanos va
instituciones ad hoc, la existencia de un espacio publico mas o
menos desarrollado.
Sin
embargo, a pesar de estos rasgos comunes, las variaciones en las
formas de construccin ciudadana, el peso de las condiciones
socioeconmicas y polticas y culturas y el desarrollo desigual
de las dimensiones ciudadanas entre las personas y en una misma
persona, son enormes. La pretendida "universalidad" de
los derechos ciudadanos ha invisibilizado a los sectores excluidos
del inicial (y en muchas formas prevaleciente) modelo hegemnico:
masculino, blanco, occidental. Muchas de las concepciones
ciudadanas prevalecientes si bien tienden a reconocer la
diversidad, no asumen la dimensin de desigualdad que esta
diversidad conlleva ni las formas como esta desigualdad determina
el diferenciado y desigual a los derechos ciudadanos. Esta
desigualdad ha sido intrnseca al desarrollo de las ciudadanas
modernas, pues su surgimiento se dio en condiciones de profunda
inequidad, al tratar a los diferentes como desiguales, fuera de la
norma, excluidos. La dimensin civil de la ciudadana asumi en
sus orgenes, en el siglo 18, al derecho de propiedad como su
constituyente. Los derechos ciudadanos se organizaron en torno a
libertad, y no todos tenan esa libertad para comprar o vender.
Por su parte, la dimensin poltica margin a todos los
diferentes (indgenas, negros, mujeres, analfabetos), los cuales
lentamente lucharon por su reconocimiento e incorporacin.
Este
proceso, que excluye e incluye permanentemente, hace que ninguna
de estas dimensiones ciudadanas sea nunca completa, ni se
desarrolle tampoco en forma similar, ni en una persona ni entre
las personas. Este complejo proceso indica que la "evolucin"
y construccin de las diferentes dimensiones de la ciudadana no
corresponde a un proceso lineal, ni apuntando en una sola
direccin. Es mas bien un proceso ambivalente, heterogneo, que
contiene segn Caldern, fracturas, retrocesos y recuperacin
de contenidos perdidos (por ejemplo en Amrica Latina los
derechos polticos adquieren un nuevo valor despus de la
experiencia de las dictaduras en la regin). La ciudadana,
termina Caldern, es una renovada y nunca acabada construccin
sociocultural (Caldern, 1988)..
Justamente
porque hay una ambivalencia intrnseca en la ciudadana,
dependiendo de la ubicacin de las personas y las colectividades
dentro del conjunto diferenciado de poderes y marginaciones en una
sociedad, la ciudadana puede ser vista, segn Lpez, desde
diferentes perspectivas: ciudadana como enmascaramiento de las
desigualdades (al dar apariencia de igualdad entre desiguales), la
ciudadana como impulso al desarrollo de la igualdad, la
ciudadana como conquista de derechos y como espacio de conflicto
entre dos principios contrapuestos - el de la igualdad y el de la
desigualdad-, la ciudadana como integracin de las clases y
sectores subordinados, por parte de las lites, para formar una
comunidad poltica, la ciudadana como espacio de construccin
de la esfera publica (Lpez, 1998). Todas estas dimensiones
tambin estn presentes en las dinmicas de construccin de la
ciudadana global. (Lpez 1997).
Estas
diferentes perspectivas dan cuenta de una caracterstica
fundamental de la ciudadana: la de no ser una categora
esttica, sino mas bien flexible, dinmica, en relacin con su
entorno, contextualizada, como lo demuestra la forma en que las
diferentes dimensiones ciudadanas se fueron perfilando y
conquistando. Esta caracterstica dinmica es la que nos permite
hablar de la ciudadana como proceso de "descubrimiento"
y construccin de nuevos derechos. Por ello mismo, la ciudadana,
como concepcin y como practica, como horizonte referencia de la
sociedad, tiene un enorme potencial transformador. Y es que
justamente por este ambivalente y contradictorio contenido, la
ciudadana es un "terreno de disputa", por su carcter
restringido, parcial, excluyente as como por los intentos de las
y los excluidos de presionar y negociar por su ampliacin y su
inclusin. Por ello la ciudadana es tambin un principio
movilizador. Lo que define el movimiento de la ciudadana es la
dinmica de exclusin - inclusin en relacin a la sociedad y
sus poderes.
Las
formas de expansin de las ciudadanas generalmente han
correspondido a un doble movimiento: desde abajo, a partir de las
luchas de diferentes grupos no hegemnicos que han impulsado
incursiones democratizadoras buscando ampliar sus derechos
ciudadanos, y desde arriba, ya sea por la presin de los
excluidos (los de abajo), ya sea por los intentos populistas y-o
modernizantes de los estados en la regin. Los derechos
ciudadanos otorgados desde arriba han significado generalmente una
continuidad y han sido generalmente vistos o utilizados como
mecanismos de cooptacin o neutralizacin (por ejemplo la
dacin del voto a las mujeres por gobiernos dictatoriales), pero
tambin han logrado generalmente ampliar el horizonte referencial
de la sociedades. La construccin de la ciudadana desde abajo
no solo ha significado la ampliacin real de los derechos
ciudadanos sino tambin una expansin simblica, en las
sociedades y en las subjetividades, del espacio del ejercicio
ciudadano, del espacio de derechos.
La
disputa sobre el significado, alcances y formas de desarrollo
impacta la autopercepcin de los ciudadanos sobre su condicin o
no de sujetos merecedores de derechos. La dimensiones objetivas (derechos
reales existentes) y subjetiva (formas de acercarse a ellos)
permite no solo permite el deseo de acceder a los existentes.
Permite tambin y fundamentalmente, la invencin y creacin de
nuevos derechos (Dagino, 1997). Esta conciencia del "derecho
a tener derechos" tiene la potencialidad de recuperar los
derechos como procesos de descubrimiento y ampliacin a partir de
las luchas de las -los actoras sociales y no solo como a
los existentes.
Estas
dimensiones, objetiva y subjetiva, sern tambin claves en el
desarrollo de las ciudadanas globales. La apropiacin de la
idea del derecho a tener derechos est a la base de la forma en
que los derechos globales han comenzado a expresarse y exigirse.
Porque en las ultimas dcadas el poblamiento de lo global en
interacciones alrededor de derechos ha sido intensa, e indita.
La idea del "derecho a tener derechos" ha comenzado a
tener base tambin en lo global.
Las
Ciudadanas en la era de Globalizacin
2r5oz
Globalizacin
y Ciudadana 5b38a
La
ciudadana es ante todo un proceso dinmico, fundamentalmente
porque responde a las caractersticas de exclusin e inclusin
de los diferentes momentos histricos y a las condiciones
histricas y actuales en los que se perfila y ejerce.. Estas
extensiones o nuevos contenidos indican tambin que muchas de las
ampliaciones ciudadanas se presionan y consagran a travs de
impulsos venidos desde abajo cuando ya en la practica han
comenzado a descubrirse y ejercitarse, cuando ya de alguna forma
han entrado a formar parte del horizonte subjetivo de sectores
significativos de las ciudadanas realmente existentes.
Los
cambios en las dinmicas mundiales desplegadas en el ltimo
cuarto de siglo XX estn generando nuevas dinmicas de
exclusin-inclusin y un nuevo terreno para el surgimiento de
nuevos derechos. La posibilidad de una ciudadana global y el
desarrollo de sociedades civiles globales se inscriben dentro de
estas dinmicas que abren los cambios globales. Es una tendencia
en formacin, que ha comenzado a extenderse significativamente en
las ultimas dcadas, a partir bsicamente de la incursin de
una multiplicidad de movimientos sociales en la arena global. La
literatura que da cuenta de estos cambios a nivel global,
producidos por la dramtica intensificacin de lo que se ha
llamado proceso de "globalizacin" es amplsima,
conteniendo tanto visiones criticas y pesimistas acerca de sus
perversos efectos como visiones triunfalistas que hacen nfasis
en la construccin de una hipottica "aldea global".
El proceso de globalizacin sin embargo es ambivalente y
contradictorio. Waterman ubica bien esta dinmica cuando dice que
la globalizacin es a la vez amenaza, promesa y sobre todo
seduccin. Me interesa ac, a partir de una lectura intencionada
y selectiva de algunos autores (Castells, Giddens, Sousa Santos,
Held, Yuval Davis) recuperar aquellas dimensiones que iluminan las
tendencias hacia la formacin de ciudadanas globales.
Castells
seala que tanto la revolucin de las tecnologas de
informacin como la reestructuracin del capitalismo ha inducido
la creacin de una nueva forma de sociedad, que el llama "la
sociedad red", caracterizada por la globalizacin de l as
actividades econmicas estratgicas, por su forma de
organizacin en redes, por la flexibilidad e inestabilidad del
trabajo y su individuacin, por una cultura de la virtualidad
real, por la transformacin de los cimientos de la vida, el
espacio y el tiempo, mediante la constitucin de un espacio de
flujos y del tiempo atemporal. Esta reestructuracin de la
economa mundial se sustenta en un modelo que privilegia el
mercado y que encuentra inditas posibilidades de desarrollo a
partir de la internacionalizacin de los mercados financieros y
de divisas a nivel mundial. Operando como una unidad en tiempo
real -a partir de la nueva infraestructura basada en la
tecnologa de la informacin- favoreciendo a los flujos de
capitales y debilitando las capacidades de los gobiernos para
asegurar en sus territorios la base productiva necesaria para
generar sus propios ingresos Esta nueva forma de organizacin
social se difunde por todo el mundo, sacudiendo las instituciones,
transformando las culturas, creando riqueza e induciendo pobreza.
Todo ello genera a su vez mayor exclusin social y desproteccin
ciudadana (Castells, 1998).
Para
Sousa Santos, en las ltimas tres dcadas, las interacciones
transnacionales se han intensificado dramticamente, desde la
universalizacin del sistema productivo y transferencias
financieras hacia la diseminacin, amplia e intensa a nivel
global, de informacin e imgenes a travs de los medios de
comunicacin masiva (que adquieren un nuevo sentido y un nuevo
poder) y a travs fundamentalmente de las tecnologas de
comunicacin. Fenmenos paralelos son la traslocacin masiva de
personas, como turistas, trabajadores migrantes y refugiados. Este
proceso, que implica cambios cualitativos, corresponde a un nuevo
fenmeno llamado "globalizacin"o formacin global o
cultura global (Sousa Santos, 1994).
En
la misma lnea, Giddens sostiene que el fenmeno de la
globalizacin ha abierto nuevos retos y nuevas dimensiones
ciudadanas. No es un proceso nico, sino ms bien una mezcla
compleja de procesos que actan muchas veces de forma
contradictoria, produciendo conflictos, rupturas y nuevas formas
de estratificacin. Considera que no es solo ni primariamente, un
fenmeno econmico, ni un "sistema mundial". Es mas
bien la transformacin del espacio y el tiempo (accin a
distancia, identificada por el desarrollo de formas de
comunicacin global instantnea y transportacin masiva). En un
proceso indito, se ha producido una intensificacin de las
relaciones sociales a nivel mundial, que relaciona localidades
distantes, de tal forma que un hecho local esta determinado por
eventos que ocurren a gran distancia, y viceversa, provocando una
creciente interpenetracin entre la vida a nivel individual y las
opciones futuras de dimensin mundial. Es un fenmeno que sucede
"aqu en la cercana de lo nuestro al igual que all en la
lejana del exterior (Giddens, 1996).
Otros
dos procesos acompaan la globalizacin, el de
detradicionalizacin o la emergencia de un orden pos tradicional
y el de la reflexividad institucional. La detradicionalizacion
alude al divorcio del histrico matrimonio entre modernidad y
tradicionalismo, a la forma en que el proceso de globalizacin
engulle y desarticula costumbres y tradiciones arcaicas y
antidemocrticas (como el cambio en las relaciones entre los
sexos y los valores familiares). Ello no implica la desaparicin
de la tradicin, sino mas bien un cambio en su status, al dejar
de considerarla como algo incuestionable y verla como abierta a
interrogacin, algo sobre lo cual se puede decidir. La
reflexividad institucional alude al hecho que, en un orden post
tradicional, los individuos deben acostumbrarse a procesar todo
tipo de informacin relevante a su situacin vital y a actuar de
manera rutinaria sobre la base de esos pasos de filtracin o
reflexin.
Las
consecuencias de este proceso de reflexividad institucional tiene
significativas consecuencias para la democracia, pues en un orden
crecientemente reflexivo, la poltica no se reduce a los espacios
formales, ni la legitimidad de la poltica viene solo por el voto
o la representacin. Para crear y preservar la legitimidad, las
funciones de la democracia deliberativa sern cada vez ms
importantes, mas all del dominio poltico formal, para
adentrarse en espacios cada vez ms importantes para los
ciudadanos: la vida cotidiana por un lado y los sistemas
globalizados, por otro. Estos procesos generan solidaridades pero
tambin las destruyen. Lo que no solo provoca movimientos
progresistas que confrontan la tradicin. El miedo a la
desintegracin provoca tambin el reforzamiento de la comunidad
y el surgimiento de respuestas fundamentalistas y conservadoras (Giddens,
94). Nira Yuval Davis (1997), por su parte, seala que si bien la
globalizacin no es un fenmenos nuevo, el desarrollo de las
tecnologas modernas han permitido la transferencia de personas y
bienes en una fraccin de tiempo infinitamente menor que en el
pasado (transportes, medios de comunicacin, comunicacin
virtual), exponiendo a un creciente porcentaje de la poblacin
mundial a similares imgenes, mensajes y acontecimientos, desde
sociedades y lugares lejanos. Al unsono, ha permitido el
surgimiento de nuevas comunidades en forma tal que trascienden los
limites del tiempo y espacio (las "comunidades
imaginadas" generadas por ejemplo a travs de internet).
Seala tambin los contradictorios efectos del proceso de
globalizacin, al provocar por un lado una creciente
homogeneizacin en relacin al mercado y al consumo, produciendo
una especie de "hibridizacin" cultural. Por otro, una
creciente diversificacin y especializacin de las diferencias y
las identidades particulares (Yuval Davis, 1998).
Este
particular orden espacial y temporal de experiencias, segn Falk,
da un contenido especifico a la naturaleza de la ciudadana,
abriendo nuevos contenidos, multiplicando derechos antes no
considerados ni en los horizontes referenciales nacionales, y que
van mas all de los limites del estado-nacin.
Los
efectos de la globalizacin en las ciudadanas frente a los
estados nacin.
Dada
su amplitud, complejidad y variedad, el proceso de globalizacin
esta conectado a otras transformaciones en el sistema mundial, que
aparecen como parte de los temas puestos al debate, porque afectan
a toda la humanidad. Son tambin los temas "en
disputa", tales como el crecimiento de las desigualdades,
explosin poblacional, catstrofes del medio ambiente,
proliferacin de armas, riesgo de destruccin masiva, etc. Todas
estas transformaciones representan nuevas amenazas y plantea la
exigencia de conquistar nuevos derechos ciudadanos. Los limites de
los estados para responder a estas transformaciones son
grandes.
Uno
de los efectos ms evidentes del proceso de globalizacin ha
sido el que este casi monopolio de los estados en otorgar y
istrar los derechos ciudadanos ha sufrido una creciente
erosin y debilitamiento, al debilitarse los alcances y la
autonoma de estos mismos estados nacin. Enfrentados a
presiones desde dentro y desde fuera, ven limitadas sus
posibilidades de responder a ellas. Desde dentro, las tendencias a
localismos y nacionalismos se ha acrecentado, siendo sus
manifestaciones ms brutales la limpieza tnica, los
nacionalismos y separatismos, as como los fundamentalismos
beligerantes. Una consecuencia de estas tensiones ha sido la de
evidenciar el "mito" de un estado albergando naciones
homogneas (a nivel tnico o cultural). Desde afuera, la
influencia y poder de las instituciones supranacionales, a nivel
poltico y econmico (instituciones supranacionales como
Naciones Unidas, fuerzas transnacionales, fuerzas econmicas y
ecolgicas), han demostrado un mayor poder de decisin y accin
sobre los designios e intereses nacionales. Y no solo en relacin
a los limites de la autonoma econmica de los estados sino
tambin en relacin a impulsar formas de gobierno de democracia
formal, que han ampliado el piso de maniobra de los movimientos
democrticos a nivel de los pases y las regiones_. Ha
evidenciado tambin los enormes limites de los estados nacin
para dar cuenta de los crecientes fenmenos de la llamada "la
era de las migraciones", cuya existencia toca el centro de
las dinmicas de exclusin - inclusin que acompaa el
desarrollo de las ciudadanas, haciendo adems imposible
pensarla en trminos solamente de fronteras nacionales (Lister,
1997). En este caso como en muchos otros, se producen permanentes
tensiones y yuxtaposiciones entre las fuerzas globalizadas y las
fuerzas localizadas y territorializadas..
Las
ciudadanas globales en construccin
4i6y37
Por
un lado, hemos visto como la globalizacin redefine los limites
de las comunidades polticas en las que se haba organizado la
ciudadana, asumida histricamente como dimensin del estado
nacin y como membreca a una comunidad poltica nacional. En
un proceso contradictorio, debilita y al mismo tiempo fortalece a
las sociedades civiles nacionales. Las debilita al exponerla a
localismos y fragmentaciones defensivas y al debilitar el espacio
de deliberacin y negociacin en lo pblico - poltico. Al
mismo tiempo, las fortalece porque la expone a otros derechos, la
universaliza y le ofrece la posibilidad de garantas universales,
que van mas all del estado nacin. De esta forma, la
globalizacin ha comenzado a abrir una etapa donde emergen casi
dos ciudadanas paralelas, las ciudadanas poltico nacionales, y
una cierta ciudadana universal, cosmopolita (Held (1991))
Las
dinmicas globales tambin generan sus propios signos y temas
que comienzan a ser de inters universal, trascendiendo fronteras
nacionales y creando un nuevo significado al cosmopolitismo (
Sousa Santos), visto como una respuesta a los estrechos limites de
las ciudadanas en los estados nacin Es decir, la
jerarqua del sistema mundial y las relaciones de poder provocan
no solo exclusin, sino tambin que naciones, regiones, clases o
grupos sociales subordinados se organicen transnacionalmente en
defensa de sus interese comunes y que usen en su beneficio esta
interaccin. En otras palabras, la globalizacin tambin abre
la posibilidad que los grupos excluidos, subordinados, de
ciudadanas restringidas, se organicen a nivel transnacional en
defensa de sus intereses. Como discurso y practica antihegemnica,
este cosmopolitanismo solo es posible en forma intersticial, en
los mrgenes del sistema mundial capitalista (Sousa Santos). Es
en estos intersticios donde la posibilidad de construir una
democracia cosmopolita puede tener sentido, entendida esta como un
modelo de organizacin poltica en el cual los ciudadanos sea
donde fuere que estn ubicados, tengan una voz, insumos y
representacin poltica en los asuntos internacionales, paralela
e independientemente de sus propios gobiernos (Held, 1995). Esta
expresin del cosmopolitanismo es tambin expresada por Waterman
como "solidaridad global". La otra vertiente de la
ciudadana global viene de la creciente emergencia de asuntos
"que por su naturaleza son tan globales como el globo mismo"
, llamados as por Sousa Santos refirindose a los asuntos que
son ya patrimonio comn de la humanidad: sustentabilidad del
planeta y de la vida humana, los problemas ambientales, la capa de
ozono, la amazonia, la violacin de los derechos de los pueblos y
de grupos humanos especficos, las migraciones, e incluso la
proliferacin de armamentos.
Dos
vertientes alimentan el impulso a la formacin de ciudadanas
globales actuando desde sociedades civiles globales. La vertiente
de los espacios transnacionales oficiales, a nivel poltico y la
vertiente alimentada por la accin de los movimientos sociales de
perspectiva global. Ambas vertientes corren paralelas, pero con
permanentes puntos de interseccin, de coincidencia y de
"disputa" contestataria, no solo por obedecer a
diferentes lgicas y dinmicas de actuacin sino tambin por
las perspectivas e intereses diferenciados de las que se
parte.
En
cuanto a la vertiente de los espacios oficiales transnacionales,
son varias las dinmicas que confluyen, muchas de ellas
alimentadas por el sistema de NNUU el cual, a pesar de sus
crecientes limitaciones, ha tomado iniciativas y ha desarrollado
un cierto nivel de normatividad institucional frente a los estados
nacin, en muchos casos ms moral que efectiva. Por un lado, la
tendencia a recuperar el sentido "universal" de los
derechos humanos, buscando mecanismos internacionales que
garanticen los derechos de los grupos mas excluidos (como los
indgenas, las mujeres, la niez, etc.), a travs de los
Convenios Internacionales de Naciones Unidas. Por otro lado, la
realizacin de un conjunto de Cumbres y Conferencias Mundiales en
la dcada de los 90, ha puesto sobre el tapete global algunos de
los temas y asuntos "tan globales como el globo mismo"
como dira Sousa Santos. Cada una de ellas ha dejado documentos o
Plataformas de Accin, con recomendaciones que los gobiernos han
suscrito en su mayora, comprometindose en su aplicacin. Y
cada una de estas conferencias y cumbres tambin ha generado un
conjunto de movimientos e iniciativas alrededor de ellas para
influenciar sus contenidos y posteriormente garantizar el
cumplimiento de los compromisos adquiridos por los gobiernos. Si
bien esta exigencia de "rendicin de cuentas" est
inicialmente centrada en los niveles nacionales, su concrecin
fue posible por las articulaciones internacionales de los
diferentes movimientos sociales orientados hacia estas dimensiones
de las vidas de las personas. La variedad de movimientos
ecolgicos, de derechos humanos, feministas, de salud, de
desarrollo, etc. que interactuaron activa y muchas veces
conflictivamente con los gobiernos, fueron fuerzas claves en los
resultados mismos de estas conferencias.
En
esta lnea, otra dinmica cada vez mas significativa para la
defensa de los derechos ciudadanos y es el hecho que frente a la
imposibilidad, o falta de voluntad de los estados nacin de
responder a los intereses ciudadanos, respetando sus derechos, o
incluso frente al derecho de la ciudadana de ser protegido
contra el ejercicio arbitrario del poder del estado, la nueva
institucionalidad regional y global constituye una posibilidad
real de acceder a la justicia desde las presiones desde arriba y
desde lo global. Es el caso por ejemplo de la Convencin para
Prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer,
conocida como la "Convencin de Belem du Par", que ha
permitido a las mujeres de la regin encontrar apoyo y presin
hacia los gobiernos que ejercen o permiten la violencia
-domstica, sexual, cultural o poltica- contra las mujeres.
Pero
las ciudadanas globales tambin estn orientadas a fortalecer
las bases de las sociedades civiles globales, al generarse, desde
la accin de los movimientos sociales, una rica trama de redes y
relaciones que, alrededor de asuntos ya internacionalizados,
provocan un flujo permanente de acciones de impacto y de
intercambio que van disputando sentidos y perfilando los
contenidos de las agendas globales. Representan, segn Castells,
una marejada de vigorosas expresiones de identidad colectiva que
desafan la globalizacin en nombre de la singularidad cultural
y del control de la gente sobre sus vidas y entornos. Son
expresiones mltiples, diversificadas, influenciados por sus
especificas culturas y que incluyen tanto movimientos proactivos,
que pretenden transformar las relaciones humanas en su nivel mas
fundamental, as como movimientos reactivos, que construyen
trincheras de resistencia en nombre de Dos, la nacin, la etnia,
la familia, la localidad (Castells, 1998). El caso de los
movimientos feministas es un buen ejemplo de esta dinmica de
movimientos proactivos. Desde redes temticas (salud, derecho
sexuales, violencia, ajuste estructural, derechos humanos),
pasando por redes de identidad (red de mujeres lesbianas, red de
mujeres afro'latino'caribenas, mujeres indgenas, mujeres
jvenes, etc. y concretndose en un "calendario"
regional e internacional, que ha levantado das especficos de
luchas compartidas en la regin y a nivel global: adems del 8
de marzo, Da Internacional de la Mujer, esta el Da de los
Derechos sexuales y Reproductivos (28 de mayo), Da No mas
Violencia contra la Mujer (25 de noviembre(, Da de la
Ciudadana Latinoamericana (8 de setiembre), Da del Trabajo
Domestico (22 de julio), adems de un conjunto creciente de
reuniones, Encuentros, Seminarios, publicaciones, etc., de
carcter regional y global.
Los
movimientos sociales actuando en el espacio global sin embargo
pueden o no avanzar en las interacciones y negociaciones con los
espacios oficiales transnacionales o pueden priorizar
articulaciones dentro de su propio espacio global. Pueden tambin
combinar ambas estrategias.
Los
movimientos sociales de tendencias transnacionales y sociedades
civiles globales
Muchas
expresiones de los movimientos sociales, que actan en las
sociedades civiles nacionales, han comenzado a actuar activamente
en el mbito global. La globalizacin ha implicado, segn
Waterman, una creciente centralidad del nivel supra territorial o
no territorial, de instituciones e instancias globales y por lo
tanto la posibilidad y necesidad de desarrollar sociedades civiles
globales_. Esta esfera no es por si misma democrtica, ni todos
los movimientos sociales actuando en esta esfera son de signo
democrtico. Las mismas fuerzas que expresan localismos
autoritarios, identidades cerradas actan tambin activamente en
este espacio. La sociedad civil global no es un paraso no
territorial de libertad, igualdad, solidaridad, cuidado ecolgico
y tolerancia poltica, dice Waterman. Pero si puede ser un
espacio privilegiado para la superacin de estructuras, procesos,
ideologas capitalistas, estatistas y tecnocracias. Por ello
mismo, debe mas bien ser concebida como un hbitat a ser
continuamente y conjuntamente construido. En este hbitat, los
movimientos sociales globales expresan inevitablemente sus
tensiones internas y externas, negocian, revelan e incluso
reproducen rasgos y prcticas que buscan superar. Lo que expresa
la ambigedad intrnseca en la practica de los movimientos
sociales (Waterman, 1998). Porque la sociedad civil global, as
como las nacionales, no ser una sociedad homognea. Contendr
bolsones y tendencias autoritarias, racistas, sexistas,
antidemocrticas as como tendencias democratizadoras. Hago
nfasis sin embargo en la accin de aquellos movimientos de
signo democrtico cuyas dinmicas representan tambin un
"terreno de disputa" no solo frente a las lgicas
excluyentes de los espacios globales oficiales sino frente a los
rasgos excluyentes y autoritarios de la sociedad civil global en
formacin. Es un espacio conflictivo, donde el ideal no es,
segn Waterman, el establecer consensos o consentimientos
pblicos sino mas bien su valor es la misma existencia de lo
pblico y por lo tanto, la posibilidad de disensos, escepticismos
polticos, criticismos. Desde estas dinmicas contradictorias y
complejas, se estn sin embargo abriendo espacios no solo para
levantar alternativas frente a los grandes problemas que afectan
hoy por hoy a toda la humanidad, no solo para descubrir y
consagrar nuevos derechos ciudadanos a nivel global, sino tambin
estn impulsando la posibilidad real de ser un foro de defensa de
derechos ciudadanos en las diferentes regiones y en los diferentes
pases de cada regin.
Obviamente,
las ciudadanas globales y la formacin de las dinmicas de las
sociedades civiles globales no pueden estar desligadas de las
dinmicas de poder y los hegemonismos existentes en los pases y
entre los pases a nivel global. Porque ni las personas estn
igualmente posesionadas dentro de sus colectividades ni los
estados lo estn en relacin a otros estados. Las formas que
puede asumir la ciudadana global esta en relacin a las formas
en que los individuos-as y colectividades se insertan en lo
espacios globales y las formas en que las exclusiones y
subordinaciones nacionales se expresan y visibilizan en el espacio
global. Los efectos ambivalentes de la globalizacin, que al
mismo tiempo excluye e integra, tambin modifica, potencia o
renueva estas dinmicas de exclusion - inclusin. Y si bien la
diversidad pacera estar mas expresada y ms visible en el
espacio global, sigue estando cargada de desigualdad o de otredad,
y por ello mismo, constituye mas una aspiracin a conquistar,
como parte del terreno de disputa que contiene la ciudadana
tambin a nivel global..
En
esta realidad preliminar e incierta, en la cual los derechos
globales "objetivos" se estn gestando, la ciudadana
subjetiva tiene un peso significativo. La construccin de la
ciudadana global estara alimentada por la posibilidad de
imaginar un futuro donde todas las personas tengan futuro (Falk,
1994) As, para las ciudadanas restringidas, el espacio global
contiene potencialmente una doble virtud: la de visibilizar su
imagen y sus propuestas, al mismo tiempo que devuelve o irradia la
legitimidad propia del reconocimiento de las-los otros,
legitimidad que no es fcilmente encontrada en los pases de
origen. La existencia de redes de solidaridad, conocimiento,
aprendizaje, as como los intercambios tericos, polticos y
vitales, ofrecen tambin un impulso para la ampliacin de las
ciudadanas subjetivas. Es el caso por ejemplo de los movimientos
de mujeres indgenas en el proceso de Beijing, cuya ciudadana
subjetiva pudo modificarse y ampliarse a la luz de la
interacciones y visibilidades legitimadoras que se dieron en el
espacio global.
Normatividad
global y derechos humanos nacionales y globales
5s151h
Me
interesa analizar algunas caractersticas de las sociedades
civiles globales que evidencian que las tendencias mas
democrticas e inclusivas estn tambin presentes y pueden
ganar terreno. Por un lado, su nacimiento como sociedad civil
global esta reflejado en el creciente impacto de los movimientos
sociales y Ongs operando a nivel internacional, dando pie a una
globalizacin "desde abajo" (y desde el medio, como
sostiene Waterman), y no solo "desde arriba", desde las
iniciativas de los capitales transnacionales y las instituciones
supraestatales.
Esta
confluencia en el espacio global de los movimientos sociales
luchando en contra de sus especificas exclusiones puebla la
sociedad civil global con una enorme diversidad y presencias e
intereses multiculturales y plurietnicos, lo que ha llevado a
autoras como Lister y Yuval Davis de la "fundacin
multicultural" de las ciudadanas globales, que provee as
la posibilidad de evitar (o aminorar) el riesgo del dominio
occidental en este espacio. La ciudadana global se expresa,
segn Lister, bsicamente como afirmacin de la diversidad (Lister,
1997). Los derechos humanos, sustento y muchas veces expresin de
los derechos ciudadanos, han pasado a ser uno de los ejes ms
significativos en este espacio de sociedad civil global. Y es
alrededor de ellos que se ha ido generando una nueva
institucionalidad global, que permite el uso complementario de la
ley internacional de derechos humanos en relacin a violaciones
que no logran sancin en los espacios nacionales, ya sea por
autoritarismos de los gobiernos, ya sea porque sus dinmicas
escapan de las fronteras nacionales (la tortura, los desplazados,
el trabajo infantil, la prostitucin forzada, la violencia contra
las mujeres, etc., son algunos de los problemas que han merecido
Convenciones y arreglos internacionales). Esta normatividad
internacional esta orientada a defender a las ciudadanas de las
arbitrariedades en el uso de su fuerza por parte de los estados
nacin, as como para buscar en ella lo que los estados demoran
en dar o se niegan simplemente a otorgar, tanto con relacin a
asuntos pblicos como con relacin a asuntos
"privados" de alto contenido poltico.
Pero
tambin el reconocimiento de la existencia de derechos humanos
fuera del mbito estatal es otra de las posibilidades que
legitima la ciudadana global. Por ejemplo, el inters de
Amnisty International de asumir no solo la defensa de los derechos
humanos violados por los estados sino tambin las violaciones que
ocurren dentro de la sociedad - por ejemplo, por parte de los
grupos terroristas - es una muestra de ello.
A
pesar de estos avances en la normatividad institucional global, es
mucho aun lo que falta desarrollar. La efectividad de la accin
internacional en relacin a las violaciones de derechos humanos,
as como al derecho de rendicin de cuentas a la ciudadana
global por parte de las instituciones del capitalismo global, las
transnacionales y multinacionales, hasta ahora no fiscalizables,
requiere de nuevos mecanismos y normatividades. Como seala
Lister, la gobernabilidad global de recursos globales requiere
nuevas instituciones y mecanismos democrticos de sancin y
rendicin de cuentas (Lister, 1997). Completando esta idea,
Giddens sostiene que si bien las presiones de la sociedad civil
internacional y las intervenciones de las organizaciones no
gubernamentales han ampliado la gama de derechos y normas
relacionadas con la ciudadana, es an muy poco lo que se ha
logrado en cuanto a su aplicacin efectiva, y que no es probable
que avance la ciudadana mundial sin que haya antes una mayor
democratizacin, una mejor coordinacin, una reforma financiera
del sistema de NNUU, adems de una responsabilidad social y sobre
el medio ambiente de parte de las corporaciones transnacionales,
nuevas fuentes de financiamiento para la ayuda internacional as
como estructuras legales internacionales que sean efectivas (Giddens).
Y esto nos lleva al tema de la democracia en lo global.
La
Democracia en lo Global
El
nacimiento de sociedades civiles globales (no una sino mltiples,
en proceso de formacin) reflejan el creciente impacto de estos
procesos globales y especialmente el de los movimientos sociales y
Ongs operando a nivel internacional, removiendo los limites de las
dinmicas de exclusin e inclusin. Indudablemente no todas las
incursiones y presencias en estas dinmicas globales son de corte
democrtico lo global tambin esta plagado de conservadurismo,
fundamentalismos, poderes hegemonicos y subordinados. De all que
muchos autores hayan avanzado en una reflexin sobre el necesario
y posible contenido democrtico de estas incursiones ciudadanas
en lo global y la formacin de sociedades civiles globales. A la
base de esta preocupacin esta el hecho que las ciudadanas, en
si mismas, no conllevan necesariamente una perspectiva
democrtica.
Estos
nuevos espacios ciudadanos no estn exentos de los limites de la
exclusin propios de los estados nacin. Pero pueden tambin
ser una herramienta poderosa para delinear y controlar los limites
de las exclusiones nacionales. Nuevamente ac, la ciudadana
aparece con toda sus dimensiones como terreno de disputa,
expresado en las formas de construccin de las sociedades civiles
globales, en el tipo de derechos reclamados y en la creciente
institucionalizacin que se esta desarrollando en este espacio
global. Por lo mismo, las sociedades civiles globales no se estn
formando solamente desde las presencias y propuestas de los
movimientos de carcter progresista. Es un espacio que se esta
llenando con una multiplicidad de actores, de diferente signo,
poder y condicin, en el cual los sectores conservadores y
fundamentalistas estn tambin presentes. De all la
importancia de considerar tambin la sociedad civil global y no
solo la interaccin con los estados a nivel transnacional como
terreno de disputa por espacios y acciones democrticas.
La
sociedad civil global democrtica tambin se alimenta de las
dinmicas y eventos impulsados por el espacio e instituciones
interestatales y transnacionales. No solo porque sus interacciones
van alimentando el terreno de disputa y confrontando significados
y alcances, sino tambin porque los espacios, eventos,
mecanismos, convenciones, etc. impulsados desde el espacio global
interestatal esta generando una rica institucionalidad que puede
ser efectiva, mas extendida y mas democrtica, para confrontar
las limitaciones de los estados nacin en la defensa de los
derechos ciudadanos. La apropiacin de esta nueva
institucionalidad es un derecho y una responsabilidad de los
movimientos sociales de corte transnacional, al permitir
fortalecer un poder que confronte la soberana de los estados
para violar derechos ciudadanos dentro de sus fronteras nacionales.
Los
movimientos sociales que actan en el espacio global, son
portadores de proyectos y agenda especificas, relacionadas con
discriminaciones milenarias -de genero, etnia, opcin sexual- y
con problemas cada vez mas globales: medio ambiente, paz, derechos
humanos, etc. En este espacio en construccin, ambivalente,
contradictorio, con influencias y presencias tanto conservadoras
como transformadoras, la importancia de generar polos
democrticos a nivel global, capaces de hacer confluir y
potenciar estas agendas especificas es uno de los retos mas
urgentes y atractivos. Ello ser mas posible si los procesos de
mltiples democratizaciones se convierten tambin en parte
fundamental de las agendas de los movimientos. La construccin de
las ciudadanas globales y sociedades civiles globales, en este
periodo de desarrollo, involucra a movimientos, grupos y personas
especificas, cuyo a los espacios internacionales es mucho
mayor que el comn de las personas en los diferentes pases y
regiones. Si bien al coincidir en este espacio iniciativas y redes
de todo el planeta, las presencias multiculturales, plurietnicas
comienzan a ser visibles y actuantes, sin embargo, la
participacin de las diversidades regionales, en cuanto clase,
genero y etnia en toda sus diversidades regionales no siempre esta
garantizada. La democratizacin del espacio global tendra que
ser por ello una de las preocupaciones fundamentales de esta
construccin ciudadana. La necesidad de extender, democratizar y
hacer efectivo un sistema normativo transnacional, expresado en
institucionalidad democrtica que sea accesible a los ciudadanos
es tambin parte de este proceso de mltiples democratizaciones.
*Virgnia
Vargas
es presidente del Centro da Mulher Peruana - Flora Tristan
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Notas 6v4h4y
- _Este
articulo se inscribe dentro de la Investigacion "Los
Nuevos Derroteros de los Feminismos Latinoamericanos en la
Decada de los 90" que vengo realizando apoyada por una
beca de la Ford Foundation"
- Es
interesante anotar como el dinamismo de la ciudadana se
expresa en la forma en que sus contenidos se perfilan y
articulan con su entorno. As, a diferencia de Europa y
Estados Unidos, los derechos sociales, vistos como la
culminacin del desarrollo ciudadano, en Amrica Latina han
sido mas bien muchas veces el impulso de ese desarrollo
ciudadano. La otra diferencia significativa es que los
derechos sociales no han sido resultado de la riqueza
existente, sino de la pobreza compartida por amplsimos
sectores de la poblacin (Lpez 1997). Por ejemplo, la
organizacin de las mujeres alrededor del consumo (precario y
colectivo) potenci la posibilidad de percibirse como
merecedoras de ciertos niveles de ciudadana.
- .Marshall
asumi que las incongruencias de la ciudadana civil podan
ser superadas por el reconocimiento de la dimensin social de
la ciudadana, la que debera ofrecer un mnimo social
bsico que permitiera el igual al necesario bienestar
econmico, cerrando as las brechas entre igualdad poltica
y desigualdad econmica y social.
- Es
importante, sin embargo, rescatar las potencialidades de la
universalidad ciudadana, no tanto en contenido, sino en
percepcin y subjetividad. La lucha por incorporarse a esa
esquiva universalidad de derechos ha conllevado generalmente a
su multiplicacin (Lpez 1998).
- _
Dos aproximaciones problemticas, la liberal y la comunitaria
dejan vacos significativos en el anlisis de la ciudadana.
La aproximacin liberal, construida en base a
individuales, ve a la ciudadana como conjunto de
expectativas mutuas entre los individuos/as y el Estado. El
individuo es ubicado como entidad abstracta porue, o se
consideran sus otras membrecas -tnicas, de gnero, de
clase, etc.-, las cuales son consideradas irrelevantes. La
aproximacin comunitaria y en parte tambin el
"republicanismo cvico" asume, por el contrario,
que los individuos son construidos por sus comunidades, sus
colectividades, sus pertenencias a categoras sociales. Por
ello, incluso habiendo derechos formales para todos, el
al Estado y a otras polticas se mantiene diferenciado. Es su
membreca a categoras sociales o colectividades
especficas la que determina sus derechos y no la existencia
de individuos atomizados y aislados, que se desarrollan en
forma separada e individual con el Estado. Si bien esta
aproximacin est mucho mas cerca de las vidas de las
personas y significa un avance en relacin a la concepcin
liberal, al ubicar las comunidades, categoras,
colectividades como entidades homogneas a su interior,
invisibilizando nuevamente la presencia de exclusiones y
subordinaciones como las de gnero.
- _
Histricamente, los intentos iniciales de lograr la
ciudadana envolvieron la lucha por la autonoma de los
individuos de sus lugares de origen y de ocupaciones
prescritas. Posteriormente involucr los derechos
individuales a la libertad de expresin, creencias,
informacin, as como libertad de asociacin. Ms adelante,
envolvi luchas de grupos especficos, como las mujeres,
buscando su libertad frente al matrimonio y a la propiedad,
dando espaciio para que asumieran decisiones independientes y
no "atadas" a decisiones que emanaran de los
maridos, la Iglesia, los partidos, etc.
- _
De Souza Santos habla de dos formas de globalizacin,
aplicables ya sea a diferentes fenmenos o a dimensiones de
un mismo fenmeno: el localismo globalizado y el globalismo
localizado. El primero se refiere al proceso mediante el cual
un fenmeno local dado es exitosamente globalizado (por
ejemplo la operacin de las transnacionales a nivel mundial);
la segunda, consiste en el impacto especfico de las
prcticas e imperativos transnacionales sobre las condiciones
locales, las cuales son desestructuradas y reestructuradas
para responder estos imperativos (deforestacin, paso de
agricultura interna a agricultura de exportacin, uso
turstico de tesoros histricos, etc).
- _
Dentro de las nuevas concepciones sobre modernizacin y
gobernabilidad, la exigencia de democracia formal como una
condicin para la asistencia internacional hacia pases
perifricos y semiperifricos, limita el poder arbirario y
dictatorial tan comin en la regin de Amrica Latina
durante las dcadas pasadas y expresa tambin cmo la
globalizacin ha traido una nueva forma de presin/interrelacin
entre la comunidad poltica oficial, actuando a nivel global
y los Estados-Nacin.
- _
Un ejemplo claro de esta doble mirada ciudadana lo encontramos
en la participacin de las ONGs, organizaciones y movimientos
de mujeres de la Regin Latinocaribea en el Foro y la
Conferencia de Beijing. En el proceso de preparacin y
participacin en la Conferencia, las diferentes expresiones
del movimiento feminista que participaron se posicionaron
desde la perspectiva de la sociedad civil, buscando articular
dos lgicas y dos dinmicas: una lgica de negociacin
hacia lo pblico poltico, luchando por la posibilidad de
lograr que la comunidad internacional y sus expresiones
nacionales, a nivel de lo pblico-estatal comience a asumir
sus compromisos para con las mujeres, escuchando sus
propuestas e incorporndolas en sus recomendaciones. Y una
lgica de afirmacin como movimiento. De este modo, no slo
aument su capacidad de negociacin autnoma con los
gobiernos, sino tambin se visibiliz autnomamente en la
sociedad civil, ampliando sus posibilidades de alianzas con
otros movimientos sociales. As, Beijing fue un texto y un
pretexto, y ello expres la combinacin de mltiples
estrategias que complejizaron la riqueza de su aporte.
- _
No hay acuerdo entre algunos tericos de los procesos de
globalizacin sobre la sociedad civil global. Castells, por
ejemplo, afirma que las nuevas condiciones de desarrollo
llevan a que las sociedades civiles se reduzcan y desarticulen
porque no hay ya continuidad. entre la lgica de creacin de
poder en lo que el llama la "red global" y la
lgica de la asociacin y la representacin en las
sociedades y culturas especficas. Su hiptesis es que la
constitucin de sujetos, en el nucleo del proceso de cambio
social, toma un camino diferente al que se conoca durante la
modernidad y la modernidad tardia: ya no lo hacen basndose
en las sociedades civiles, que estn en proceso de
desintegracin, sino como una prolongacin de la resistencia
comunal.
- _
Es interesante sealar que algunas de las firmas
transnacionales, como Shell, que contribuyen a la destruccin
ecolgica, estn al mismo tiempo invirtiendo en medidas y
proyectos ecolgicos.
- _
Pero al mismo tiempo Falk advierte que, al ser en muchos
aspectos realidades supranacionales mas que dinmicas
regionales o globales, el riesgo de generar superestados
militarizados y controladores del orden global est presente.
- _
Un dramtico ejemplo del alto contenido poltico de asuntos
considerados privados es la que presenta la denun ia de
incesto hecha contra el ex presidente nicaragense, Daniel
Ortega, por su hijastra. Ante las enormes presiones internas
para evitar la accin de la justicia a nivel nacional, la
Coordinadora Nicaragense de Derechos Humanos ha presentado
el caso ante la Corte Interamericana de Justicia, Lima, 1999
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